Ivan Joatzay
“El multiverso es un concepto del que sabemos inquietantemente poco”
(-Stephen Strange)
Bajo la dirección de Sam Raimi (Spider-Man), llega esta semana a las salas de cine la nueva travesía del ex hechicero supremo que promete culminar con todos los cabos sueltos dejados por los últimos proyectos de Marvel y abrir el camino a una nueva saga de superhéroes, explorando el multiverso y/o distintas realidades.
Tras los sucesos de ‘Spider-Man, sin camino a casa’, ‘Doctor Strange en el multiverso de la Locura’ sigue a Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) conociendo a América Chávez (Xóchitl Gómez), una joven con poderes interdimensionales para saltar entre universos. Para proteger a América de un mal que la persigue y ayudarla a aprender a usar sus poderes, Strange deberá reclutar la ayuda de viejos aliados como Wanda Maximoff (Elizabeth Olsen) y el nuevo hechicero supremo, Wong (Benedict Wong), para adentrarse en el multiverso, explorar la distopía que existe entre las distintas realidades y realizar una introspección a su vida misma como hechicero.
Ante un concepto de infinitud a lo desconocido, la secuela de Dr. Strange plantea un proyecto anti-sonante no solo para lo que Marvel acostumbra presentar cotidianamente, sino, para la estructura misma que existe en el proceso de las películas de superhéroes.
Regresando a los métodos de antaño, Sam Raimi, quien es conocido por realizar las saga de películas de ‘Spider-Man’, vuelve a la silla de dirección para proponer un método más auténtico en la producción de películas súper heroicas pues, donde existe un sinfín de métodos de producción audiovisual basados en efectos de computadora para la mayoría de filmes contemporáneos, Raimi realiza una filmación donde los movimientos de cámara, juegos de iluminación y una banda sonora sutil se mezclan con las locaciones detalladas, sets, explosiones y maniobras reales para dar una narrativa visual más orgánica a esta nueva historia.
‘En el multiverso de la locura’ llega para plasmar una convergencia no necesariamente nueva, pero que, sin duda, consolida la simbiosis entre el concepto de los superhéroes y la narrativa del terror (a pesar de ya haber sido vista en intentos previos como ‘New Mutants’, ‘Brightburn o, más recientemente, ‘Morbius’). Esto se debe a la esencia vista en Raimi desde proyectos previos, como ‘Evil Dead’, donde mantiene una firma constante en los elementos cinematográficos para sorprender a los espectadores, ya sea con angulaciones de cámara aberrantes (invertidas) o acercamientos de cámara que reflejan un sentido de inestabilidad e intensidad visto en sus protagonistas.
Por parte de su historia, esta secuela probablemente cae en una polarización de las expectativas y lo visto en pantalla donde, como espectadores, debemos preguntarnos ¿cuál es el valor detrás de este tipo de películas en específico? ¿Complacer o sorprender a los espectadores? ¿Hacer historias meticulosamente enfocadas en su historia? Y ¿cómo se llega a un balance?
La historia de Doctor Strange 2 es un argumento sólido que permite la evolución de sus personajes y un desarrollo, en comparación a otros títulos del mismo estudio, coherente para las acciones e identidades vistas en los personajes de habilidades súper humanas vistos en pantalla.
Por un lado, para algunos, esta historia puede sentirse limitada ante las expectativas y su trascendencia personal dentro de un universo más grande, donde esta historia sirve más para atar cabos del pasado que para hacer algo independiente. Por otro, el guion permite profundizar en las motivaciones y sentidos emocionales que guían a los personajes.
Wanda, por ejemplo, logra verse como el ser más humano y complejo para esta historia, viéndose vinculada a una manifestación de dolor constante que habla sobre temas sociales importantes como la soledad o la maternidad. Por otra parte, aunque (irónicamente) toma un segundo plano dentro de esta historia, Stephen juega un papel importante en el desenlace de esta travesía mientras, al mismo tiempo, se cuestiona la motivación de su presente y futuro, tanto en identidad como en el amor.
Es así que, entre una coalición de información narrativa frente a nuevos personajes y tonalidades, ‘En el multiverso de la locura’ logra plasmar una historia sólida y concisa para lo que desea plantear; explicando conceptos aun no muy bien clarificados como ‘el multiverso’ y desarrollando una historia de duelo emocional sobre la aceptación de nuestra realidad. Sin embargo, también es de notar que, por más que esta historia se adentre en muchos terrenos argumentales no explorados, no es enteramente funcional por sí sola. Sí se necesita de un consumo exagerado (para los espectadores promedio) de series, películas e historietas previas para comprender, reconocer y profundizar en la trascendencia para este universo cinematográfico (o de la misma historia) por parte de estos nuevos personajes, cameos y regresos de nuevos o viejos superhéroes.
Por medio de un estilo bien estructurado que rompe con lo cotidiano, esta historia va más allá de lo ya visto en el mundo de los superhéroes y presenta escenas de brutalidad y profundidad que generan un desarrollo narrativo mucho más completo y diversidad de tonalidades distantes entre el amor, terror, ciencia ficción o suspenso.
Con una amalgama bien ejecutada, Doctor Strange 2 abre puertas para lo que pueden ser las historias de superhéroes y, si ya te estabas cansando de ellos, tal vez darles un nuevo enfoque.
(Foto: Marvel Studios)
