Aranxa Solleiro
La Facultad de Turismo y Gastronomía ha iniciado desde el viernes 5 de marzo, una serie de conversatorios alusivos a problemáticas recurrentes en el sector turístico. Las temáticas, han sido impartidas por investigadores y académicos en turismo de diferentes países como: Italia, Inglaterra y España, por lo que el fin no es solo conocer los nuevos hallazgos e investigaciones de la actividad, sino el compartimiento de ideas interculturales y la practica de una segunda lengua extranjera.
El día 9 de marzo a las 10 de la mañana, la Doctora en Administración y Desarrollo del Patrimonio Cultural Bailey Ashton Adie de la Scuola Alti Studi Lucca en Italia, impartió la temática de las casas, mejor conocidas como segundas casas que individuos, especialmente viajeros, adquieren en un destino turístico con la intención de ahorrar el uso de servicios comunes al momento de pernoctar en un sitio diverso a su residencia y así mismo, sentirse parte del mismo por la oportunidad de tener una larga estancia.
Por un lado, visto de manera positiva, no solo trae beneficios al turismo receptor, puesto que son visitantes que permanecen en el destino por más de dos semanas en su mayoría y con ello, realizan más consumo dentro del lugar donde se establecen, sino que también permite la generación de valores hacia la cultura que los recibe. Aunque, visto desde la vertiente negativa, auspicia el deterioro ambiental por la apropiación de espacios que regularmente son rodeados por zonas naturales, ejemplo: las costas, las montañas y las zonas rurales.
La investigadora mencionó las principales razones por las cuales las personas se instalan en una segunda casa, algunas de ellas son: escapar del día a día, conectar con la naturaleza, incentivar centros familiares o unión de familias, así como la conexión y convivencia con otras culturas.
Los desastres naturales, son también elementos que dañan la estancia de las personas, puesto que, al ser en su mayoría instaladas en zonas de riesgos naturales como huracanes, terremotos o erupciones volcánicas, provocan que los dueños no hagan uso de ellas y se vean con la necesidad de abandonarlas, dejando espacios vacíos que, a la larga, afecta la imagen y medio ambiente del destino.
Algunas de las soluciones compartidas por la Doctora Ashton fue la intervención de gobiernos o agentes políticos que permitan la protección de zonas residenciales como éstas, por medio de muros de concreto, vallas, entre otras.
Empero, una de las principales razones por las que las segundas casas continúan como un elemento especial para el soporte del turismo es, la identidad que crean las personas usuarias a través de ellas, dando ejemplos de residentes cuyo punto de reunión familiar se ha ido fraguando en ellas y siendo perpetuadas por generaciones, convirtiéndolas en parte esencial de la identidad del destino, similar a ser residentes originarios.
En el Estado de México, se cuenta con espacios como Valle de Bravo, Ixtapan de la Sal y Malinalco, como los principales destinos donde se ha apropiado al espacio para la construcción de segundas casas para personas de entidades como Ciudad de México y la capital mexiquense, las cuales mayoritariamente no aportan a la identidad del destino, sino más bien, potencian problemáticas de despojo, exclusión social y mal manejo de agua, dejando como primeros afectados a locatarios.
Si bien es cierto, el desplazamiento de personas a destinos distintos a su lugar de origen, mejora a la actividad turística. También es cierto que su construcción y mantenimiento, subyace en un sentido de vulnerabilidad, más que en una inclusión social, puesto que las afectaciones que reciben y aportan al medio ambiente y la sociedad que les rodea, asemejan ser mayores que los momentos de disfrute.
(Foto: Captura de pantalla)
