¿Cuotas de género en puestos de dirección o políticas públicas paritarias?
“Allí donde alguien lucha por su dignidad, por la igualdad, por ser libre… mírale a los ojos”. Bruce Springsteen, cantante.
Por: Ramón Cuevas Martínez*
La lucha de género ha tenido un éxito palpable en la asignación de puestos de elección y de dirección, actualmente las cuotas de género son la constante en la integración del congreso federal, los congresos locales y los gabinetes tanto federal, de los estados y más recientemente los municipios.
Es una gran aventura para las y los políticos que ven en la paridad una forma de garantizar la perspectiva de género en la toma de decisiones, sin embargo, lograr resultados palpables por la sociedad implica continuar ahora con el diseño e implantación de políticas públicas de género.
Hora mismo, con toda esa representación paritaria que acabo de mencionar, no existe una representación paritaria en los presupuestos públicos, lo que obstaculiza la posibilidad de planificar, ejecutar y evaluar las acciones del Estado que apuntan a la disminución de las brechas de género.
Es a partir de la Reforma Política Electoral de 2014 por medio de la cual los partidos políticos garantizan la paridad de género, es decir, que se integren las listas con el 50% de mujeres y 50% de hombres en la postulación de candidaturas a legisladores federales y locales, es que se volvió realidad la paridad en los cargos públicos, siendo la máxima expresión el actual gabinete del Presidente Andrés Manuel López Obrador, que en palabras de la Senadora Olga Sánchez Cordero, ex Secretaria de Gobernación: “…ya llego, este presidente ya llego y hoy la paridad (de genero) en el gobierno es una realidad”.
Actualmente de las 19 Secretarías de Estado del Gobierno Federal, 8 son dirigidas por mujeres; en contraste, en 2022 se destinará el 3.3% del total del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para reducir la desigualdad de género entre hombres y mujeres. Más de 232,000 millones de pesos que representan un 75% más que la partida de hace un año. Sin embargo, casi el 90% de dicha cantidad irá destinada a los programas insignia de la gestión del presidente, mientras que los programas que atienden a mujeres víctimas de violencia o se encargan de las alertas de género en los Estados verán recortado su presupuesto o tendrán incrementos insignificantes por debajo de la inflación.
Por ejemplo, el programa Salud Materna, Sexual y Reproductiva prácticamente se quedó con el mismo presupuesto que el año pasado, a pesar de que la razón de mortalidad materna en lo que va del 2022 es 23% mayor que la de 2020, según cifras del Observatorio de Mortalidad Materna en México.
Otro ejemplo es el combate a la violencia de género, que es 0.6% menor en términos reales que el asignado para 2021, ó el programa para promover la atención y prevención de la violencia contra las mujeres, conocido como programa E015, a cargo de la Secretaría de Gobernación (Segob) y de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) se recortó 1.5%. También se han eliminado las acciones para implementar las alertas de género en el país en 3.6%, pese a que 22 de 32 Estados tienen activado este mecanismo contra la violencia por ser entidades especialmente peligrosas para la seguridad e integridad de las mujeres. Sumado a lo anterior, el programa de construcción y equipamiento de los Centros de Justicia para las Mujeres (CEJUM) también sufrió un recorte de 3.6% al pasar de 126 millones de pesos a 122 millones y el programa para la atención y prevención de la violencia se redujo en 0.3%.
Estimada lectora y lector: ¿Alcanza la paridad de género para acabar con la brecha de desigualdad entre sexos?
*Consultor en Gobernova
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