René T. Pérez Ávila

La naturaleza del Premio Nobel de la Paz es reconocer a individuos y organizaciones que han hecho el mayor o mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones , la abolición o reducción de ejércitos y la promoción de procesos de paz, ….tal es el sentido literal del Testamento que Alfred Nobel redactó, el 27 de noviembre de 1895 del cual se transcribe el siguiente extracto : “La totalidad de lo que queda de mi fortuna quedará dispuesta del modo siguiente: el capital, invertido en valores seguros por mis testamentarios, constituirá un fondo cuyo interés se distribuirá cada año en forma de premios entre aquellos que durante el año precedente hayan trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y para la celebración o promoción de procesos de paz”. En épocas recientes los miembros del comité Noruego encargado de cumplir el legado del descubridor del trinitrotolueno (TNT) agregaron a la disposición testamentaria las cualidades de quienes trabajen por la democracia, los derechos humanos y la resolución de conflictos.

En ocasiones se ha criticado la elección de ciertos ganadores, con acusaciones de que tuvieron motivaciones políticas, fueron prematuros o se guiaron por una definición errónea de lo que constituye el trabajo por la paz como ocurrió en 1973 cuando se otorgó a Henry kissinger el que ha sido considerado como uno de los más controvertidos, sino es que el más controvertido, de la historia, con dos miembros del comité de selección renunciando en protesta y recibiendo una condena mundial generalizada, También han sido criticados los premios entregados a mijail gorbachov, Jimmy Carter Barack Obama y ahora a Maria Corina Machado Sin duda, la entrega de esta presea a la activista venezolana, es una de las más polémicas decisiones del comité Noruego del Nobel presidido actualmente por por Jorgen Watne Frydness, quien durante la ceremonia oficial en la que ante la ausencia de la Laureada recibió el premio su hija, exigió la renuncia de Nicolás Maduro, presidente de la República de Venezuela, con ello el premio Nobel desde mi punto de vista pierde su naturaleza encaminada a reconocer a quien haya realizado el mejor trabajo para lograr la fraternidad y la promoción de procesos de paz, pues la ganadora, lejos de reflejar esta actitud se ha caracterizado por promover acciones que no son pacíficas, sino más bien violentas para cambiar el régimen que actualmente gobierna a esta república sudamericana invocando y solicitando el apoyo de gobierno se extranjeros como el de los Estados Unidos de Norteamérica, que con una visión más geopolítica, que democrática apoya a los opositores a través de maniobras militares, y la declaración de un virtual estado de preguerra en la nación caribeña, con el hundimiento de pequeñas embarcaciones bajo el no probado argumento de que en ella se transportaba droga hacia los Estados Unidos, acciones que a la fecha han causado más de 80 víctimas mortales, aunado al reciente acto de piratería internacional en el que “los marines” confiscaron un buque petrolero venezolano. Es por lo tanto muy discutible el reconocimiento que el comité Noruego del Nobel ha otorgado a Marina Corina Machado, promotora durante varios años de una intervención militar extranjera en su país, acto que desde luego fue avalado con la presencia de la más significativa versión del Conservadurismo a ultranza con figuras prominentes de la ultraderecha de América Latina, como son los presidentes de Argentina, Javier Milei, Ecuador, Daniel Noboa, Panamá José Raúl, Molino y Paraguay, Santiago, peña, presenciamos entonces una celebración que a muchos agrada, pero a muchos más repugna pues en esta entrega con visos de tragicomedia y dado que el premio fue negado a otro indeseable aspirante como es Donald J. Trump, no queda más que afirmar como dijo un amigo.. “mejor se lo hubieran dado al Doctor Simi “.

Es Cuanto.

*Magistrado en retiro del Tribunal de Justicia Administrativa del Estado de México