Carmelita
Si nosotros dentro de lo que hemos vivido, nosotros somos poéticos y somos románticos y también de cierta forma la droga nos ha llevado a experimentar sensaciones que mucha gente no las percibe. Porque nosotros somos personas muy importantes.
En 2010 tuve este accidente. Sí, a mí me corrió un carro fantasma en Medellín en la 43 y yo entré con un suaje de 33 millones de pesos que no me alcanzó sino para la carita.
Yo estoy viva por obra de Dios y misericordia de Dios.
Estuve seis meses postrada en una cama. A los seis meses me dijeron que no volvería a caminar. Con la misericordia de Dios, caminé.
Estuve cinco meses en silla de ruedas.
Seis meses en silla de ruedas, cinco meses en muletas.
Como siempre fui caminante, no es malo decirlo, que yo he sido artesana caminante. Viajé por todo Sudamérica y en el Cabo de la Vela me nació una poesía. Yo nunca le puse nombre, pero se las quiero dejar de recuerdo por si me voy hoy (eh, cuando habló de cuatro huellas son mis dos pies y las muletas) y dice así:
La mujer alcatraz
se posó en el vestidor del alcantarillado
(esto es en el Cabo de la Vela)
su llanto de cansancio marginao
chocaba fuertemente contra las olas
triste y asombrá, miraba a su andar dejando cuatro huellas.
No goteaba, pues su figura era recta
como el roble sacado del bosque.
Felipe
¡Quieto
Estoy vivo de milagro:
¿ves el corazón?
Yo vi cuando me apuñalaron
veía mi corazón
rojo, rojo, rojo.