Miguel García Conejo
En el Estado de México se estima que siete de cada 10 personas que comenten un delito reinciden pese a haber pisado la cárcel, lo que evidencia un modelo de reinserción social fracturado que no cumple con las necesidades para el que está impuesto.
De acuerdo con Gregorio Poblano, responsable diocesano de la pastoral penitenciaria de la Diócesis de Toluca, unidad que brinda cobijo y apoyo a este sector privado de su libertad, el común denominador que han encontrado es el de personas que provienen de hogares fracturados.
“El ambiente donde crecen, otros no tienen familia, por lo tanto viven en situación de abandono y hasta por socializar interactúan o a veces son obligados también por diferentes factores”.
Destaca que, pese a que el factor económico es una motivación para cometer un hecho delictivo, principalmente en jóvenes, hay también quienes crecen dentro de una familia que se dedica al crimen y no pueden escapar de esa historia.
“Hay una realidad de factores uno de estos es entre otros el ambiente donde crecen puede haber familias que se dedican ya al crimen en todas sus modalidades es lo que llamamos familias criminológicas y entonces ellos entran en lo que ellos llaman entre comillas “el Negocio de familia” esto es algo real que existe”
En el caso de los jóvenes, resalta, pese a la edad en aquellos menores de edad, otra de las constantes es ya la adicción al alcohol o algún tipo droga “Si claro, es muy común tal vez, se escucha mal pero es lo más normal”, lamentó.
Frente a la situación de violencia y criminalidad que se vive en toda la república destacó la necesidad de alentar una reforma integral en los modelos los modelos de reinserción y sistemas penitenciarios para que estos dejen de ser espacios de especialización en su carrera delictiva.
“Corremos el riesgo en el que los lugares de reclusión de repente se conviertan en escuelas delictivas porque a lo mejor muchachos que llegan por situaciones que no merecen pueden aprender de otros eso sucede en los penales de adultos”
Actualmente en cada penal del país hay un Grupo de Pastoral Penitenciaria que alienta la prevención del delito desde el acompañamiento de las personas privadas de su libertad, durante su reclusión, hasta su liberación hoy con el seguimiento en la reinserción de al menos 200 mil personas a nivel nacional.
(Foto: captura de pantalla)
