2020-03-23-ordenador-politico-17

Ordenador Político 12

*Justificado repudio a la violencia en la UAEM 
*Promovida por grupo maoísta resentido 
*Pertrechado ahora bajo etiqueta del COCOL 
*Cuyo objetivo es la renuncia del Rector Barrera 

Luis Alberto Rodríguez 

Si bien fue necesario que el propio Consejo Universitario Paritario de la Universidad Autónoma del Estado desconociera cualquier representatividad formal al grupo de estudiantes vándalos que infringieron la semana pasada daños considerables a las instalaciones de la Casa de Estudios, especialmente al edificio de Rectoría, no con ello va a evitar que tales grupos sigan actuando con métodos desestabilizadores a su interior, toda vez que son instigados y hasta financiados por las corrientes MAOISTAS de viejo cuño que ahora quieren resurgir amparadas en la fachada de un supuesto Comité Coordinador de Lucha (COCOL), de infausta memoria. 

Desde luego ni esos grupos ni el COCOL están desvinculados de las corrientes opositoras identificadas contra el Rector ALFREDO BARRERA BACA, especialmente la que se identifica con FERMIN CARREÑO y otros que se dicen investigadores, quienes llevaron su oposición hasta la propuesta de una nueva ley universitaria contraria a la de la actual administración y que aún se debate una posible mixtura de ambas en la LX Legislatura estatal, cuya junta de coordinación política encabeza el diputado MAURILIO HERNÁNDEZ.    

Si bien las expresiones auténticamente feministas que buscan reivindicaciones a sus reclamos para erradicar el acoso sexual y otros fenómenos negativos han expresado su repudio y desvinculación de tales grupos -especialmente del identificado con FERMÍN CARREÑO- y al mismo tiempo establecido diálogos constructivos con las autoridades de la UAEM, que por su parte han aplicado medidas correctivas significativas, ello no ha impedido que los supervivientes grupos maoístas organicen cuadros desestabilizadores como los que la semana pasada efectuaron actos vandálicos en las instalaciones universitarias. 

Al manifestar su total repudio a las acciones violentas de los vándalos ejecutadas el pasado jueves y negar que tal grupo “representen a la comunidad estudiantil que se ha esforzado por construir una universidad libre de violencia”, el Consejo Universitario tomó la decisión de iniciar las denuncias correspondientes en contra de quienes resulten responsables, mismas que para hoy deben estar en curso ante la Fiscalía General de Justicia del Estado. Bien. 

Mas tales denuncias deben dirigirse también contra los instigadores permanentes que muchos desde las sombras han patrocinado a ese y otros grupos violentos y que como se sabe ahora se embozan tras las siglas del COCOL. 

Las y los consejeros universitarios manifiestan en su pronunciamiento, su respaldo “a las demandas que la comunidad ha manifestado por atender y sancionar todo acto de violencia que atente contra nuestra comunidad y conminamos a quienes han vulnerado hoy a trabajadores y personal universitario, a asumir sus responsabilidades ante la comunidad universitaria y ante la ley”. 

Mas mientras tales denuncias prosperan o no tras los vándalos violentos, lo cierto es que los grupos desestabilizadores continúan actuando al interior de la universidad sin mayores restricciones que las que permite su aparente anonimato, que sin embargo se desvanece con su reconocida filiación maoísta alimentada por tantos años desde 1976. 

La verdadera intención de tal expresión bien puede rastrearse en el último texto publicado del COCOL del pasado 20 de marzo, donde en uno de sus párrafos justifica la movilización de ese grupo en la Cámara de Diputados con el objetivo de abrir diálogo y establecer mesas de trabajo para la supuesta  pronta solución del pliego petitorio de la comunidad estudiantil organizada pero “en materia de la reforma a la ley universitaria que busca la restructuración de protocolos”, pero principalmente, como lo señala en el párrafo que sigue, “los principales motivantes de la movilización y expresiones hacia Rectoría, que pueden constatarse plenamente y que también fueron motivo de la exigencia de renuncia de ALFREDO BARRERA BACA”. 

En el fondo todo ese movimiento busca la desestabilización de la actual administración universitaria que lleve principalmente a la renuncia del Rector BARRERA BACA, como condición para que los grupos de catedráticos e investigadores promotores de una nueva Ley universitaria se hagan del poder de manera anticipada a la concusión del presente periodo legal. 

Para ello el paro en varias facultades y escuelas es el escenario idóneo para demostrar la ineficacia de la actual administración para conciliar los intereses opuestos que en ella pululan y así justificar una ruptura mayor que pudiera paralizar totalmente a la casa de estudios, como ya se sabe es el objetivo final del grupo maoísta embozado en el COCOL. 

Así, ese grupo, que gusta identificarse como “la comunidad estudiantil organizada” hace énfasis en que “ha sido una práctica conservadora, no revolucionaria, la designación de candidato único para la rectoría de ALFREDO BARRERA BACA, se le dio continuidad a las costumbres de relegar la voz y el voto estudiantil en toda la toma de decisiones, anteponer los intereses de una minoría, la administración de rectoría sobre los intereses que debieran ser construidos desde la comunidad universitaria representada en el H. Consejo Universitario, mismo que no construye desde abajo, entre la comunidad de los tres sectores (estudiantes, trabajadores, administrativos) los cambios de competencia de toda la comunidad universitaria”. 

Mas tales cambios no podrán impulsarse mediante la proliferación de mayor violencia y actos vandálicos como los recientes ni mediante el mantenimiento de paros en facultades y escuelas, incluso sostenidos contra la voluntad mayoritaria en los planteles. Así no. 


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Nacional
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