Por Miguel García
En su entrega
Oda a mi Rufina
Si supieras lo que haz hecho por mi
No te conformarías con una lata del alimento más corriente.
Se dice de ustedes que son mascotas traicioneras y soberbias
Yo solo se de ti
Lealtad y compañía
Rufina, Fufina una gata
Comodina
Una gata bicolor
Que le gustan los Amaneceres siempre sueña con mirar uno
Por eso duerme siempre hasta las 10 de la mañana
Algún día, asegura, le llegará ese sueño.
Alguien te había arrojado a la calle
Despojo de la indiferencia y de aquellos que no saben dar amor
estabas ahí en una jaula
Con tu oreja sangrada y la mirada perdida
Me miraste
Y me elegiste
No me dejes en esta jaula
Me dijiste
Verso sin esfuerzo
Cómo no lo fue tomar tu peludo y flaco cuerpo y salir de ese inmundo lugar
No supieron ver el tesoro que eras
La pobreza de unos se convirtió en mi abundancia
Tú me elegiste para ser tu cuidador
Yo para cuidar mis sueños en las noches
No importa el lugar
Mi cama es tu cama
Mejor dicho gracias por dejarme dormir
Cada noche en un rinconcito de tu alcoba.
Y en las noches de largo trabajo me acompañas
Atenta al ordenador
Aun sin entender lo que escribo
Sabes que tu atenta compañía
Será el catalizador para terminar
Esa página siempre en blanco
Y ya por la mañana tu mirada soberbia y altanera de Bernarda Alba me espera lista para juzgarme
Por no soñar lo que debería
Por no dormir lo que debería
Por no estar con quien debería
Por no ser el dueño que te mereces
Por no ser el esclavo humano que deberías tener
Pero sobretodo
Por sobre todas las cosas
Porque tu plato
De comida siempre está semivacio
Y cada mañana debes preguntarte lo mismo
¿A qué hora te levantas mojón alguien tiene que limpiar mi arenero y no voy a ser yo?
