Leonor Sánchez

Ante las sanciones conforme a la norma a quienes tiran basura en la vía pública, la XII regidora Cristina Sierra Castillo, propone al Juez Cívico cambiar la multa económica por trabajo comunitario, pues considera que la sanción económica sólo hace prohibitiva esa conducta a personas de escasos recursos.

En ese sentido, consideró que quienes incurran en ese delito, participen en el programa Yo pongo Guapa a Toluca y participen de la limpieza de los espacios públicos, pues consideró que así se podrá crear conciencia y dejará un aprendizaje a largo plazo; no así la multa económica, la cual permite impunidad a quienes ya gozan de privilegios.

“Para algunos, pagar la multa será complicado, pero para otros será una molestia menor por una conducta que daña a todos”.

Sierra Castillo refirió que aplicar la norma municipal ha generado diversas controversias. El caso de los adultos mayores es una situación compleja porque algunas acciones, dijo, podrían ser malinterpretadas y entonces serían parte de quienes transgreden la norma, poniéndolos en una situación de indefensión, ante los escasos recursos con los que cuenta este sector vulnerable.

Por ello, pidió a la autoridad municipal responsable de imponer la sanción correspondiente considerar la situación socioeconómica del infractor para imponer castigo.

La edil hizo referencia a investigaciones relacionadas con la responsabilidad ciudadana y las sanciones económicas. En primera instancia, dijo, la noción desde una perspectiva de izquierda, señaló, el espíritu de la ley y las sanciones no deben ser simples medidas recaudatorias, sino mecanismos de pedagogía pública que creen conciencia en el infractor y cuidado también de los espacios públicos.

Asimismo, refirió el artículo ‘Una multa es un precio’, del diario de estudios legales, del Instituto Tecnológico de Israel, en el cual descubrieron que las multas actúan como mecanismo que, en lugar de poner un alto a las conductas, ponen un precio a las mismas, convirtiendo a éstas sólo prohibitivas para los ciudadanos de bajos recursos que no pueden cubrir las multas.

Asimismo, se refirió al libro “Lo que el dinero no puede comprar y los límites morales del mercado”, el cual es crítico de políticas neoliberales como los llamados créditos del carbono que permiten contaminar a empresas, siempre y cuando cubran los costos ambientales que dichas emisiones generan.

Así, las multas borran el costo moral, de quien transgrede el ambiente y lo convierte sólo en un costo a la altura del bolsillo de los más poderosos.

“Lo que pido no es que no se cumpla el Bando, sino que se tome en cuenta en las sanciones medidas alternativas que cumplan el espíritu de la misma; el medio ambiente y espacio público son una propiedad pública, el bienestar y salud de los espacios públicos no tiene precio y es de todo responsable de todo su cuidado”.

(Foto: Especial Portal)