Terremoto
quería nunca más construir juntos una casa
o ver un helecho
y re-sentir el escalofrío
una amenaza fría en la espalda
después del cerrojo cerrar la puerta
quería ninguna avalancha de imágenes
en la intensidad de tener
mañanas despreocupadas
donde la inexistencia de los sonidos
transforma el colocar
un vaso en el suelo
en el sonido igual al
de nuestros orgasmos
que reverberan altos
más allá de las almohadas
violentamente lanzadas
entre el aire y el polvo
rodando como mágicos
imagina el desastre
asociar la calma al trauma
y vivir de sonidos ligados
Autoridad
podría escribirle un libro
si mi abuela no dijera:
recordar es sufrir dos veces
y olvidar se vuelve
más poderoso
que el mejor de los mantras
Privilegiada
las ropas se aglomeran al final de la cama
y el polvo, la vajilla
los hilos de cabello
los pelos de los gatos
la basura en un rincón del armario
como la historia de una ciudad
que creció desgobernada
hoy en día nada
languidece
nada se organiza
cuando la tristeza echa raíces
peor que una hiedra venenosa
de alguna fábula
todo compulsivamente
crece y domina
Si fuera otra ciudad
el camellón sería el mismo
la esquina sería la misma
la alcantarilla sería la misma
incluso siendo más
profundo más limpio
y no inundando todo enero
cada seis horas de la tarde
que lo sofocante colapsa
y no se cruza más
el cabello los números
el coraje de brincar
de enfrentar la corriente
ya fueron diferentes
incluso la ciudad siendo esta
incluso el camellón esquina alcantarilla
no se arrepienta
no se mate no se engañe no se olvide
Traducción de Sergio Ernesto Ríos
Camila Félix (Belo Horizonte). Estudió Arquitectura. Es autora de los libros de poemas Asfáltica (Editora Urutau, 2018) y A Turba (2020).
Sergio Ernesto Ríos (Toluca, 1981). Es director de Grafógrafxs, revista de literatura de la Universidad Autónoma del Estado de México y secretario del Centro Toluqueño de Escritores. Publicó Larga oda a la salvación de Osvaldo (UANL, 2019), en coautoría con Minerva Reynosa; El ganador del primer premio del centro de estudios interplanetarios (Periferia de escribidores forasteros, 2019); máquina portadora de cabezas (edición digital, 2018); Quienquiera que seas (FOEM, 2015); Brazuca (Palacio de la fatalidad, 2015); Obras cumbres (Bongobooks, 2014); La czarigüeya escribe (Editorial Analfabeta, 2014), en coautoría con Diana Garza Islas; Muerte del dandysmo a quemarropa (UANL, 2012), y Mi nombre de guerra es Albión (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010).
Tradujo del portugués copia_de_seguridad_3.1 (Grafógrafxs, 2021), de Érica Zíngano, Una confesión en la boca de la noche, de Danilo Bueno (Grafógrafxs, 2021); Boa sorte, 7 poetas brasileñas (Grafógrafxs, 2020); Apocalipsis sustentable & otros poemas (Grafógrafxs, 2022) y Bruno Brum a ritmo de aventura, de Bruno Brum (Palacio de la fatalidad, 2017); Droguería de éter y de sombra, de Luís Aranha (Palacio de la Fatalidad, 2014); Oda a Fernando Pessoa (Palacio de la Fatalidad, 2017), Paranoia (Palacio de la Fatalidad, 2013) y Voy a moler tu cerebro (Red de los poetas salvajes, 2010), de Roberto Piva; y la antología de poetas brasileños nacidos en los ochentas Escuela Brasileña de Antropofagia (Kodama Cartonera, 2011). Tradujo del inglés, con Diana Garza Islas, Una noche, senté a Donald J. Trump en mis rodillas/Y otras teorías estéticas del siglo XXI (Oficina Perambulante y Palacio de la Fatalidad, 2017), a partir de un ejercicio de Chris Rodley.
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