Hay que tener estómago para desenvolverse en la política mexicana. Así como un día el Verde (caro su amor) se abalanzó a brazos del foxismo, luego cayó ante el peñanietismo y ahora anda “moreneando”, el PRI podría desvencijar el pastiche de corruptelas que es “Va por México” ante un llamado muy interesante que el Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo: la lucha por la soberanía energética.
Luis Sánchez
El llamado a la consciencia priista (si hay alguna) para decidir entre Salinismo y Cardenismo (privatización y acceso equitativo) sobre las energías tiene doble ganancia para la administración del mejor estratega político del país en mucho tiempo, tal vez en todos los tiempos. No solo fisura al adefesio ideológico que llamaremos PRIANRD, de pasada le da un tallón divisorio al partido jurásico.
Ni tardos ni perezosos, los oportunistas en busca de ganancia electoral optarán por meterse la camiseta de la CFE (que ellos mismos devastaron durante mucho tiempo) en pugna “desinteresada” por la soberanía energética. Así, el panismo verá mermadas sus aspiraciones de crecimiento porque el burrito se le va a echar sin querer caminar, todo sea por quedar bien.
En tanto, la lectura que pretende colocar a Obrador como un priista rancio y nostálgico es totalmente errónea. De sobra sabe Andrés Manuel que para aprobar esta reforma son necesarios los votos más allá sus aliados en el congreso. Naturalmente no los dará el PAN porque, como él dijo, no hará nada ese partido a favor de la clase popular “ni por demagogia”.
Pero quienes son demagogos expertos, que traen el discurso de dientes pa fuera y además necesitan reconciliarse con el pueblo, aunque no puedan ocultar su latrocinio, pues son los prinosaurios que aún habitan estas tierras. A estos muchachos no les importa dejarse la lengua hecha trizas y pisársela con tal de sacar raja…
Y si ayer AMLO era un populista, su reforma era retrógrada y la iniciativa privada la panacea de la economía nacional, ahora será todo lo contrario. El PRI es ese partido cuya corriente es todas las corrientes, acomodaticio, fiel a la escuela de no andar pidiendo y ponerse donde le den.
Esto irónicamente podría beneficiar la reforma energética que tanto hace falta. Pero no será la consolidación del PRIMOR como tanto quieren hacer creer. Después de que se analice y se vote la iniciativa, muy aparte y muy lejos, el PRI seguirá siendo un partido de mapaches y Andrés Manuel seguirá siendo Andrés Manuel López Obrador.
(Foto: especial)
Categoría: Nacional |
Etiquetas:
No hay etiquetas asociadas a éste artículo. |
Vistas: 128 |