A aumentar la competitividad   

Eric Rosas

Hace unos días, más exactamente el pasado 22 de julio de este 2020, el primer mandatario de nuestro país anunció que se alcanzó un acuerdo entre el gobierno que él encabeza; el sector privado, representado por el Consejo Coordinador Empresarial; es decir, los patrones del país; el sector obrero aglutinado en la Confederación de Trabajadores de México; o sea, la fuerza laboral del país; y el Congreso de la Unión, conformado por los legisladores que, dado el momento, tendrían que reflejar en la modificación de leyes o con la emisión de nuevas reglamentaciones, cualquier cambio que surja de esta colaboración anunciada, para dotar de viabilidad a un nuevo sistema de administración del ahorro para el retiro. 

El ahorro para el retiro tiene la finalidad de retribuir con una pensión a la fuerza laboral de una nación por toda la aportación que hizo a la generación de riqueza de su sociedad durante su vida productiva. Este mecanismo es un reflejo fehaciente del valor solidario de los connacionales, pues se basa en una dinámica en la que aquellos que hoy en día son fuertes, sanos y productivos, ceden parte de sus ingresos para pagarles las pensiones a los mayores, que antes colaboraron en las filas de la fuerza productiva del país pero que, por sus actuales condiciones mermadas, ya no pueden seguir haciéndolo. Así, un análisis muy rápido de esta mecánica nos deja ver con caridad que en tanto que los trabajadores sean más que los pensionados, un sistema de ahorro como el descrito generará recursos suficientes para funcionar; sin embargo, resulta natural que en algún momento futuro los actuales aportantes envejecerán, dejarán de trabajar y ahora ellos demandarán su pensión. Si para ese momento la fuerza laboral joven fuese más reducida que la cantidad de pensionados, como se espera que pasará en México, los trabajadores tendrán que destinar una mayor proporción de sus ingresos para mantener al sistema de pensiones, de lo contrario el monto de éstas tenderá a reducirse causando una precarización de las condiciones de vida de nuestros adultos mayores. La prevención de esta situación constituye la motivación del acuerdo anunciado y con el que se espera regresarle viabilidad a un sistema de ahorro para el retiro que no podría cumplir con su objetivo de seguir como está. 

Hasta aquí todo suena muy lógico y parecería que el aumento en la proporción del ahorro, que se ha anunciado pasaría del actual 6.5 % al 15 %, principalmente debido al aumento de la aportación patronal, que se incrementaría del 5.15 % al 13.87 %, es la única solución para mantener la salud financiera del sistema del ahorro para el retiro, pero no es así. Un elemento alternativo que siempre contribuye al aumento de la riqueza de una sociedad es el incremento de la productividad individual y colectiva. Sería mejor que en lugar de buscar solucionar esta coyuntura únicamente restándole ingresos a la base patronal al cargarles una mayor aportación, el gobierno también se avocara a desarrollar otros mecanismos que aportaran mayor capacidad de producción a los futuros trabajadores, y que están en el ámbito de sus obligaciones, por ejemplo, mediante la modernización de la educación escolar, para que ésta pueda preparar a los actuales jóvenes para los cambios y retos de un futuro dominado por la cuarta revolución industrial, y dotarlos así de las competencias laborales que les aseguren una integración plena y les permitan agregar valor a los procesos de producción que, de otra forma, terminarán siendo realizados por robots.  

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas