2020-05-25-la-onda-plana-29

La Onda Plana 55

Mordaza a científicos mexicanos 

Eric Rosas

En la víspera, mientras preparaba por segunda ocasión el texto que escribí desde el pasado 15 de mayo acerca de cómo se está tratando de ocultar al sol con el dedo de la Comisión Federal de Electricidad, favoreciendo injustificadamente la venta de su energía eléctrica sucia en detrimento de la cada vez más eficiente energía fotovoltaica, llegó a mí una digitalización de la circular C0000/20/213, fechada el seis de mayo de 2020 y firmada por el Dr. José Alejandro Díaz Méndez como titular de la Unidad de Articulación Sectorial y Regional del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). En este documento Díaz instruye a investigadores y demás personal de los 26 centros públicos de investigación del CONACyT, por órdenes de su directora general, la Dra. María Elena Álvarez Buylla-Roces, a acordar y coordinar con ella la difusión de cualquier información, actividad, modelo, desarrollo o comunicación relacionados con la epidemia, y advierte a los titulares que son ellos los responsables de asegurarse de que "... la información que salga... con el sello del CONACyT cuente con el respaldo de la cabeza del sector...", léase Álvarez Buylla. 

Hace ocho días mi columna acerca del acuerdo energético debió esperar porque la solicitud de cooperación que el CONACyT hizo a los académicos del Sistema Nacional de Investigadores mereció una discusión oportuna. Y es que lo que Álvarez-Buylla hace día tras día con la dependencia a su cargo supera con creces la imaginación del más perverso. Se involucró en los destinos del Consejo desde antes de que tomara posesión y en todo este tiempo no ha hecho más que destruir al sector pretextando acusaciones de corrupción que no ha probado. La crisis ocasionada por Álvarez-Buylla al sector científico de México adquiere ya tintes dramáticos y, al igual que como se lo dijeran al presidente López en el reciente caso de Sanjuana Martínez con la huelga en Notimex, él es el único responsable porque él la puso como directora del CONACyT y él la mantiene en el cargo. 

La obstinación de Álvarez-Buylla por calificar a la ciencia con el absurdo adjetivo que sabe endulza los oídos de López; su promesa incumplida de entregar 700 respiradores al sector salud el pasado 15 de mayo; su silencio sepulcral ante los numerosos recortes que han vuelto al sector prácticamente inoperante; su nulo pronunciamiento ante los dos amagos recientes de desaparición de los fideicomisos de ciencia y tecnología que, dicho sea de paso, no están constituidos con dinero público, sino con ingresos generados por los investigadores; y una serie larga de agresiones, han hecho que los científicos de México vean en López a un personaje ajeno e insensible a la importancia de la ciencia y la tecnología. 

De todo el daño que Álvarez-Buylla le ha causado ya a la comunidad científica mexicana, este intento de amordazarla atenta contra el derecho universal a la libertad de expresión, de opinión y comunicación del pensamiento individual y de la libre circulación de las ideas, consagrado desde 1789 en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y protegido por mandato por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La comunidad de científicos de México, aunque quizá sin atraer los reflectores que merece, cuenta con canales de comunicación hacia instancias internacionales y foros con eco mundial, a los que podría recurrir ante la indiferencia de López. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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