2020-04-06-la-onda-plana-22

La Onda Plana 48

Sin ciencia no hab futuro 

El embate despiadado del Covid-19 en todo el mundo ha hecho que la importancia de la actividad científica y tecnológica salga a la luz. En aquellas naciones en donde se ha comprendido bien la trascendencia que tienen las aportaciones científicas para el verdadero bienestar de la población, la pandemia se ha topado con sociedades más informadas y consientes, sistemas de salud mejor preparados, y administraciones gubernamentales listas para reaccionar ante el dañino virus. Por el contraste, en los países que no han valorado a la ciencia, como México, la pandemia ha penetrado como vendaval, arrasando con vidas sin oposición alguna. 

Eric Rosas

La experiencia de países como Corea del Sur deberían ser emuladas por México, pues con certeza la del Covid-19 no será la última pandemia que debamos enfrentar y quizá tampoco la más destructiva de la economía ni letal para la población. En una entrevista ofrecida a un programa de radio en México, la periodista sudcoreana Mina Sohn declaró con entendible orgullo, que el éxito que su país ha tenido en su particular combate contra el Covid-19 no ha sido un milagro ni se debe a la casualidad o a la buena fortuna. Sohn numeró las diversas acciones que el gobierno y la población del país asiático han implementado para asegurarse que la propagación de los contagios se mantenga bajo control y su sistema médico no haya colapsado, como sí ha sucedido en otras latitudes. Las herramientas de que dispuso Corea del Sur para enfrentar la propagación del Covid-19 se basan todas en el conocimiento científico y en los distintos desarrollos tecnológicos que como país ha impulsado desde hace tiempo. Luego de que los primeros enfermos con coronavirus fueron detectados en el sur de la península coreana, el gobierno – sin violentar la privacidad de los ciudadanos – utilizó toda la fuerza que brinda la inteligencia artificial y se dio a la tarea de identificar, rastrear y ubicar a todos los individuos que habían estado en contacto con los infectados, así como también a aquellas personas de sus entornos familiar y laboral. Luego se le aplicaron pruebas rápidas a todo este considerable número de sospechosos de contagio, para corroborar si habían contraído la enfermedad y atenderlos o aislarlos de inmediato. 

Lo anterior no puede lograrse sólo con una actuación gubernamental informada, pertinente y oportuna, sino que también es posible gracias a que ese país cuenta con instituciones científicas que han sido capaces de desarrollar sus propias metodologías para desarrollar pruebas rápidas contra el virus. Pero no sólo eso, Corea del Sur, luego de haber enfrentado la pandemia del A H1N1 en 2009 – al igual que México –, impulsó la creación de compañías privadas que ahora pueden proveerle de esas pruebas rápidas, de las mascarillas y demás trajes protectores, de los costosos y sofisticados respiradores artificiales, de los sistemas informáticos para el análisis de big data en tiempo real, etc. 

Mientras que en México las asignaciones para la investigación científica y el desarrollo tecnológico continúen relegadas al final de una lista encabezada por los improductivos programas paternalistas del actual gobierno federal, los mexicanos seguiremos a merced de los imponderables que se presenten, ya sean económicos, ambientales, sociales, médicos, etc. Mientras que en México la ciencia no ocupe el sitio que merece, los mexicanos no podremos aspirar a tener un mejor futuro y el bienestar de todos permanecerá secuestrado por los discursos de los populistas. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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Nacional
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