2020-03-30-la-onda-plana-21

La Onda Plana 39

CONACyT ausente contra A H1N1 y Covid-19 

El sábado por la noche el subsecretario López-Gatell aceptó que la pandemia de Covid-19 terminará afectando a entre el 70 % y el 80 % de la población de México que, según el Banco Mundial, en 2018 llegó a 126 millones 190 mil 788 personas. También aclaró que un 15 % de estos contagiados enfermarán moderadamente y otro 5 % enfrentará cuadros severos. Los porcentajes referidos implican que en nuestro país podría llegar a haber hasta alrededor de 100 millones 950 mil mexicanos infectados, de los cuales unos seis millones 309 mil 500 hospitalizados podrían tener que recibir asistencia para respirar. Dado que el sistema de salud de México cuenta con apenas unos cinco mil respiradores artificiales, el panorama anticipado por López-Gatell se proyecta espeluznante. Aunque no todos estos equipos médicos se ocuparán simultáneamente, las autoridades deberían estar actuando urgentemente para hacerse de un mayor número de ellos, cuyo precio oscila entre los 25 y los 50 mil dólares estadounidenses. 

Eric Rosas   

Durante las pasadas semanas algunos centros públicos de investigación (CC. PP. II.), dependientes del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), publicaron mensajes en Twitter anunciando que colaboran en el desarrollo de innovadores respiradores artificiales y sugiriendo que éstos podrían estar disponibles para uso de los pacientes durante esta contingencia, que se teme inicie tan pronto como dentro de un par de semanas. Aquí explicaré porqué es que dudo que estos respiradores supuestamente en desarrollo en algunos CC. PP. II., puedan realmente llegar a materializarse. 

Dejando de lado los aspectos relacionados con la propiedad intelectual y la calificación del modelo asociadas a los respiradores, y centrándonos exclusivamente en las capacidades ingenieriles y de producción en serie, conviene recordar que tras más de cuatro décadas de existencia, ninguno de los CC. PP. II. del CONACyT avocados a los campos de la ciencia y las ingenierías, ha logrado desarrollar capacidades sólidas para el desarrollo y la transferencia de tecnología. Que las seis instituciones que actualmente se encuentran agrupadas bajo la Coordinación de Física, Matemáticas Aplicadas y Ciencia de Datos, sólo son capaces de realizar investigación básica y sus diseños de aparatos difícilmente superan los niveles tres o cuatro dentro de la clasificación estándar para la evaluación de la madurez de las tecnologías (TRLs por Technology Readiness Levels), correspondientes a la prueba de prototipos en ambientes controlados, como los de los laboratorios de investigación. Y los otros siete que conforman la Coordinación de Materiales, Manufactura Avanzada y Procesos Industriales – a pesar del pomposo nombre –, tampoco lo hacen mejor que los seis anteriores y menos aún, cuentan con capacidades para producción en grandes volúmenes. 

Sólo para situar en perspectiva lo anterior, Estados Unidos de América cuenta con unos 170 mil respiradores artificiales y estima que los necesitarán cerca de 960 mil estadounidenses enfermos. Por ello la Casa Blanca urgió a las dos principales armadoras de vehículos de ese país que transformen sus líneas de producción para fabricar ventiladores médicos. Luego de un primer análisis se ha estimado que la producción de una de ellas entregaría sólo unas seis mil unidades al mes. 

Al igual que durante la pandemia de la A H1N1 de hace más de una década, los CC. PP. II. del CONACyT estarán incapacitados para ofrecer alguna solución a México contra el Covid-19. Esta segunda lección debería ser el punto de quiebre para que nuestro país modifique su política en materia de ciencia, tecnología e innovación, y articule de manera lógica la infraestructura con la que cuenta. 

Lo anterior, dicho sin aberraciones. 

e.rosas@prodigy.net.mx 
Twitter: @DrEricRosas 


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