LA ÚLTIMA PÁGINA DEL LIBRO ® 

Daniel Cortez 

Cuando la noche alcanzó los sentidos me hallé en un lúgubre lugar, sin ti, ese vacío se volvió un abismo donde no paraba de caer, intenté gritar, pero parecía que el hechizo que me castigaba no me permitía expresarte el dolor, más que con la mirada. La lucidez llegó a mis manos y te escribí, hice una carta invitándote a bailar para poder emerger en paz y sin mirar atrás. 

La noche en la que leíste la nota, se colapsaron los argumentos, nos volvimos a ver desnudos y al querer salir corriendo me di cuenta, que por alguna razón no podemos alejarnos, aunque te haya escrito mi despedida y la hayas aceptado, quizá tú si puedas alejarte un poco más, ya que la tempestad sigue siendo un lugar incierto en tus días y la oscuridad un lugar donde has decidido habitar en la penumbra de un sentimiento. 

Ante ese acontecimiento en el que tu partida resulta inminente, he decidido ya no decirte “te quiero”, ni abordaré con palabras la emoción que me alcanza cada que pronuncio tu nombre, no estaré más en una pantalla con un recuadro que dice escribiendo o en línea, ni figuraré en las pláticas que anteceden a tus sueños… 

Para ser eterno en tus memorias voy estar más allá de las cosas banales que no se cumplen, recuerda que te dejé un conjuro en la última página del libro que escribimos juntos por tres ciclos y hoy se hace efectivo en tu vida cuando cierres los ojos, seré un recuerdo donde puedas sonreír y regresar a los momentos felices que tuvimos, me volveré un pulso eléctrico que en tu mente genere ideas y puedas brillar siendo arte.  

He decidido ser ese ligero aire que conviertes en oxígeno para poder respirar y así darte un motivo para impulsar al corazón y cuando la sangre hierva en tus manos y tengas la necesidad de saber de mí, toca mi pecho, que no importe si volvimos la mirada para reconocernos nuevamente, disfruta del calor que me abrasa al sentirte, recuéstate a mi lado, abrázame, que yo seré nuevamente feliz, al verte dormir. 

(Foto: Redes)