Leonor Sánchez
México se encuentra entre los países del mundo donde las mujeres padecen una mayor inseguridad alimentaria que los hombres, según revela el informe ‘La situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios: Un enfoque regional para América Latina y el Caribe’ de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En el reporte se advierte que las mujeres rurales de América Latina y el Caribe siguen enfrentando barreras estructurales en el acceso a la tierra, los recursos productivos y la toma de decisiones, y llama a hacer cambios en los sistemas agroalimentarios con un enfoque de género transformador.
En la región de análisis, son más las mujeres que sufren hambre en comparación con los hombres. Así, la brecha de género en la inseguridad alimentaria moderada o grave alcanzó el índice de 9.1% en 2022, luego de haberse ampliado drásticamente durante 2021 a 11.5 puntos porcentuales, en parte, a raíz de la crisis del Covid-19 .
Asimismo, la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados que recae sobre las mujeres continúa limitando sus oportunidades de empleo y formación.
El informe destaca que América Latina y el Caribe es la única región del mundo donde ha aumentado la participación de las mujeres en actividades agrícolas en las últimas dos décadas. Las mujeres representan 36% de la fuerza laboral en los sistemas agroalimentarios de América Latina y el Caribe, y 71% de ellas trabaja en sectores no agrícolas como procesamiento de alimentos, comercialización y ventas.
Sin embargo, este avance no se ha traducido para ellas en un mayor acceso a recursos productivos ni en representación en espacios de toma de decisiones. Las mujeres también tienen menos probabilidades que los hombres de trabajar a tiempo completo, sugiriendo que su trabajo es más irregular y temporal.
Sólo 26% de las políticas agrarias analizadas incluye la igualdad de género como un objetivo explícito, y menos de 15% aborda normas sociales discriminatorias, cambio climático o resiliencia climática.
Entre las recomendaciones clave que plantea el informe se encuentran la promoción de reformas legales para garantizar la propiedad conjunta de tierras, el diseño de políticas, programas e inversiones con enfoques de género transformadores, y la mejora del acceso a tecnologías, capacitación y servicios financieros. También se destaca el fortalecimiento de la acción colectiva como herramienta para ampliar el poder de negociación y la resiliencia de las mujeres frente a crisis y perturbaciones.
(Foto: Especial Portal)
Categoría: Diversidad y Género |
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