Gabriela Landetta
La caída en la producción de maíz en el Estado de México podría ocasionar problemas muy fuertes para la economía de las familias mexiquenses y afectar además, su seguridad alimentaria, consideró Susana Sánchez Nava, catedrática de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma del Estado de México.
Destacó que se ha observado una reducción muy importante en la producción del grano, ya que “en los últimos 10 años se sembraban casi 600 mil hectáreas, tan sólo de este cultivo de maíz, y actualmente [son] 460 mil.”
Refirió que generalmente la entidad se ubicaba entre los tres primeros lugares de producción nacional de maíz, pero ahora bajó al quinto lugar, lo cual, dijo, es significativo.
“El panorama en el que nos encontramos pues nos preocupa, porque esto implica que tenemos que recurrir a comprar maíz, inclusive a importar maíz, siendo que México es centro de origen [de ese grano], tiene que estar recurriendo a estas otras alternativas, que inclusive aumentó ya. Hay cifras que nos marcan que aumentó, ni siquiera cerraban las cifras de conteo de producción 2023, pero ya había un 9 por ciento de importaciones de maíz”.
Sánchez Nava mencionó que debido a que los precios de esos productos se manejan por la oferta y la demanda, entonces se presenta un costo más alto en los alimentos. lo que afectará la economía de las familias, ya que el maíz es de consumo básico en su dieta.
Esta situación es ocasionada, dijo, porque cada vez se siembra menos sobre todo maíz, aunque se ha presentado un auge en otros cultivos como aguacate y el nopal verdura, entre otros. Sin embargo, la situación es muy complicada para los productores que han tenido que enfrentar entre otros problemas, condiciones ambientales críticas: “hemos vivido en los últimos años el cambio de lluvias; las lluvias estacionales han cambiado mucho, ya no hay una época como tal para que llueva, en cualquier momento puede suceder. Inclusive en los últimos años ni siquiera se han presentado en los meses más importantes en que se realizan las siembras”.
La especialista en temas agrícolas descartó que una opción pudiera ser el uso de agua como alternativa, ya que a nivel estatal sólo entre 15 y 17 por ciento de la superficie cultivable usa agua de riego y los demás cultivos son de temporal.
Por su parte la Doctora Laura Elena del Moral Barrera, de la Facultad de Economía de la UAEMex, compartió que, de acuerdo con información de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, en 2022 el maíz de grano producido en el Estado de México recaudó 13 mil 753.2 millones de pesos y señaló que la entidad ocupa el quinto lugar en la producción del grano a nivel nacional, con una superficie sembrada de 467 mil 285.68 hectáreas y un volumen de producción de 1 millón 779 mil 468.40 toneladas.
Sobre las repercusiones que tendrá la caída en la producción maicera, que afectará tanto a nivel del campesino que tiene su producción para el autoconsumo, como para el que comercializa su producción en la industria, destacó:
“Considerando que se destina un 60 por ciento para alimentación humana, 29 por ciento para alimentación animal y el resto para la industria, aunado a que más del 50 por ciento la producción es de autoconsumo (…) el impacto será desde la casa de cada uno de nosotros, así como en la producción pecuaria, la agroindustria y la industria manufacturera. De este último, por ejemplo, el aceite de maíz se utiliza en la producción de margarinas, mayonesa, productos dietéticos, comida para bebés, jabones y productos para el cuidado del cabello”, puntualizó.
(Foto: cortesía/ redes)
