Para el escritor mexicano Carlos Alberto Reyes Ávila, ganador del Premio Internacional de Narrativa “Ignacio Manuel Altamirano” de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), la escritura llegó a su vida desde muy pequeño, surgió como un canal para expresar aquello que no se atrevía a decir, incluso inventaba personajes que vivían y sufrían lo mismo que él, como una forma de desahogo.
“Lo que escribía era más lo que yo sentía y que no me atrevía a expresar. Si algo me dolía, si algo me entristecía, si algo me molestaba, la escritura me ayudaba a darle voz sin que nadie me escuchara”, destacó el escritor, autor de la obra ganadora El año del autismo espiritual, quien aseguró que inventó sus tramas para que su sufrimiento y expresividad se encarnara en alguno de sus personajes.
Al ingresar a la universidad, Carlos Alberto Reyes cursó su primer taller literario y se dió cuenta que la escritura ya no era solamente un hobbie. Actualmente tiene 28 años de trayectoria literaria, vocación a la cual sumó los estudios de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Coahuila y la Maestría en Filosofía en la Universidad Veracruzana.
Su novela ganadora, El año del autismo espiritual, surgió gracias a la personalidad de una de sus amigas, que fue la inspiración para crear al personaje principal, Roberta Pérez, una mujer originaria de Torreón, Coahuila, que está aburrida de todo, pero conoce a alguien que cambiará su historia: una travesti que es dueña de un salón de belleza y se convierte en la única persona que no le produce aburrimiento.
Tras el asesinato de su amiga, la protagonista decide huir y mudarse a la Ciudad de México, donde comienza a experimentar un fenómeno extraño que le permite identificar a las personas en las que puede confiar y a partir de ahí comienzan las peripecias de este personaje.
Carlos Alberto Reyes Ávila aseguró que el arte de escribir no es sencillo, mucho menos para aquellos que apenas comienzan y se enfrentan a exponer su vulnerabilidad; sin embargo, invita a continuar con la escritura y buscar aquellas plataformas actuales que permiten entregar obras anónimas y participar en diferentes espacios sin revelar tu identidad.
El autor mexicano ya tenía conocimiento del certamen internacional “Ignacio Manuel Altamirano” de la UAEMéx, por ser un concurso importante para los escritores y escritoras, y después de repetidas ocasiones de intentar participar, en esta ocasión coincidieron los tiempos de la convocatoria con la novela que recién había escrito.
Reconoció que la plataforma del certamen universitario permite un dictamen basado en la transparencia y abre la posibilidad de que sea un concurso realmente internacional, ya que los participantes son originarios de diversos países, razón por la cual saber que era el ganador fue doblemente satisfactorio.
Agradeció a la Universidad Autónoma del Estado de México por este premio, que permite a los escritores tener la posibilidad de publicar su obra y que las personas la conozcan; además expresó que desea que su novela sirva como impulso para nuevos escritores.
