No pidas retos a la altura de tu fuerza; pide fuerza a la altura de tus retos. El Capitán América.
Por: Ramón Cuevas Martínez*
El término “valor público” se popularizó a raíz de los trabajos de Mark H. Moore, (Creating Public Value; Strategic Managment in Government) para denotar la necesidad de lograr mejoras considerables en la administración pública. Propone la utilización de la administración estratégica en vez de doctrinas tradicionales para crear instituciones que respondan de manera más efectiva a las necesidades de los ciudadanos(as). El impacto que esta doctrina ha tenido se deriva del “deseo genuino de los gobiernos para entender las cosas que le importan a la gente”.
En la vida actual es una preocupación de los buenos administradores públicos encontrar resultados que estén orientados a satisfacer las necesidades de sus usuarios y no solo a sus jefes como tradicionalmente se venía haciendo.
Los nuevos directivos, los más jóvenes, han encontrado en la Administración Gubernamental para Resultados (AGpR) la metodología más idónea para tal propósito, por tratarse de un modelo de innovación organizacional que refleja el valor agregado en los bienes, servicios y regulaciones, a partir de lograr hacer los análisis apropiados. Otro de sus rasgos importantes es que se debe entender la necesidad que tienen las oficinas públicas de planear su trabajo cotidiano, no solo de cumplir con las funciones encomendadas, sino para lograr los impactos esperados en los programas gubernamentales.
AGpR exige el diseño de programas de trabajo integrados a partir de la construcción de objetivos enfocados a resultados, incorporando un mejor uso de estrategias, riesgos, indicadores y metas, así como la necesidad de crear en los funcionarios la capacidad de comunicar adecuadamente cada una de las partes del programa, mediante la definición precisa de una cadena de valor. En este último punto, destierra para siempre la vieja práctica de comunicarse con los usuarios solo mediante los tradicionales boletines de prensa, ahora cada funcionario debe encontrar los canales necesarios para comunicar su trabajo.
Actualmente solo algunas dependencias lideres están en posibilidades de aprovechar la metodología AGpR en la integración de sus planes estratégicos, planes operativos, riesgos, proyectos y procesos; desde su formulación más temprana, durante su implementación, así como en la permanencia y planeación de los procesos de comunicación de tales resultados.
La falta de un mayor uso de AGpR no limita que cuando se utiliza lleva a los gobiernos a tener procesos más modernos de organización del trabajo y una cultura de mejora continua, dado que está entrelazada con las políticas de productividad y competitividad laboral.
En los siguientes años las personas que trabajen en puestos de dirección pública deberán tener habilidad para desarrollar una cultura de monitoreo y evaluación que fortalezca la incorporación del enfoque de Administración Gubernamental para Resultados, a través de la planeación, seguimiento, evaluación y comunicación de una gestión pública de calidad, orientada a resultados y centrada en la ciudadanía y/o usuarios de los programas.
*Consultor en Gobernova
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