Laura Barreal Danel  

¿Es la valentía…. una virtud humana? 

¡¡¡¡ Muy estimadx lectorx !!! Le saludo con el gusto de siempre, deseando que Usted y los suyos se encuentren gozando de salud y manteniendo los cuidados que las autoridades sanitarias nos indican para evitar la propagación del virus SARS-COV2 y de esa manera, colaborar a que poco a poco, disminuya la cantidad de personas infectadas, que muchas de ellas pondrán en riesgo su propia salud y vida……Espero y deseo seamos conscientes de la responsabilidad individual que tenemos al “CUIDARNOS NOSOTROS PARA CUIDAR DE LOS DEMÁS”!....Agradezco asimismo, que Usted se tome el tiempo en su agenda del día para la lectura de las presentes líneas, que el día de hoy dedicaremos a tocar el tema de la “valentía” humana. 

Hay quienes se refieren a la valentía como la fuerza de voluntad que puede poseer una persona para llevar adelante una acción a pesar de los impedimentos. El coraje moral permite actuar correctamente a pesar de recibir por ello descrédito, vergüenza, deshonor o represalias sociales. 

Mauricio Enríquez  por su parte, al abordar el concepto e importancia ética de la valentía, establece que la “valentía” o “valor” es un concepto de muy larga tradición filosófica, pero que tal vez en el último siglo ha perdido cierta presencia en las propuestas filosóficas, en las propuestas éticas. 

 Aristóteles lo definió como el justo medio entre dos sentimientos viciosos, que son la temeridad y la cobardía. En la temeridad se actúa con excesiva confianza ante los peligros, corriendo demasiados riesgos, mientras que en la cobardía se peca por exceso de miedo ante esos mismos peligros. Pero el valor no cae en estos extremos, porque es la capacidad humana de actuar frente a los posibles o seguros peligros aunque se tenga miedo, y sin caer en falsas expectativas acerca de la consecución del fin que se propone. La acción debe estar fundamentada en un cálculo racional de la factibilidad del fin.  

El Diccionario filosófico de Centeno nos comparte que …de todas las virtudes, la valentía es la más universalmente admirada en todas partes y en todas las épocas. Se desprecia la cobardía y se aprecia el coraje. Las formas y los contenidos pueden variar, ya que cada civilización tiene sus propios miedos y sus propias valentías; pero lo que no varía, es que la valentía, como capacidad de superar el miedo, es más apreciada que la cobardía o el amedrentamiento. La valentía es la virtud de los héroes, y ¿quién no admira a los héroes? 

Sin embargo, señala Centeno, esta universalidad no demuestra nada, incluso podría ser sospechosa, pues si algo es universalmente admirado significa que también lo admiran los malvados y los imbéciles. También se admira universalmente la belleza y no por eso es ninguna virtud moral; y, por el contrario, muchos desprecian la amabilidad, que sí lo es.  

Máxime cuando la valentía puede servir para todo, tanto para el bien como para el mal. Una maldad valerosa sigue siendo una maldad. El asesino que decididamente mata con riesgo de su vida se muestra valiente, pero ¿es eso una virtud?... Parece difícil de creer. No por el hecho de mostrarse valiente se convierte uno en virtuoso moral.  Pues, si lo pensamos……Si hubiera sido un poco más cobarde hubiera causado menos mal. 

Reflexión que nos pone frente a realidades claras y contundentes, objeto de juicios morales respecto a la verdadera intencionalidad o pureza de intención cuando cada uno de nosotros tomamos decisiones cotidianas que, generalmente nos confrontan con una realidad ya sea en el orden familiar, laboral, social, intelectual, etc. y que ocupó a Santo Tomas quien, desde la edad media habló de la valentía.  

Resulta interesante conocer la postura de Santo Tomás de Aquino, que nos comparte Tim Gray  respecto a la valentía, quien afirmaba que “La vida de un hombre requiere valentía”, partiendo de que …… el  Aquinate entendió que, la valentía  es la base de todas las virtudes, dado que para practicar cualquier virtud sistemáticamente, se requiere la firmeza de carácter que proviene de ella. 

Otra de las aportaciones que el fraile dominico nos ha legado respecto a la valentía es la siguiente: “Para navegar bien los mares tormentosos de nuestras vidas, necesitamos la firmeza de carácter que proviene de la valentía. Sin valentía no nos animaremos a actuar, y nuestros muchos temores al viento y a las olas nos impedirán perseverar en nuestra ardua jornada”. 

 Gray nos comparte también que “Ser sincero requiere coraje, especialmente  cuando es difícil decir la verdad”. De todas las virtudes, la valentía  es la que a menudo se asocia  en especial  con los hombres. Y, desde su propia visión,  los hombres son duros y fuertes y, por lo tanto, valientes. 

Recientemente, el Santo Padre Francisco se ha referido a la virtud que nos ocupa, al afirmar que “la valentía no es exclusiva de los héroes.  Que se necesita valor para afrontar las dificultades de cada día” y que la valentía es sinónimo de fortaleza. Invitó a que tengamos presentes en la oración a aquellas personas que son víctimas de circunstancias adversas y que por esto se sienten desanimados y abandonados, haciendo también un fuerte llamamiento por los migrantes. 

Sin duda alguna, el tema que hoy nos ocupa, nos involucra de manera muy importante a todos y a cada uno de nosotros, si nos detenemos a analizar el contexto en el cual nos ha colocado la llegada de la COVID-19 y la pandemia que ésta enfermedad ha ocasionado. 

De acuerdo a lo mencionado, es verdad que todos y cada uno de nosotros, hemos tenido la necesidad de ser valientes para afrontar las consecuencias que la humanidad entera ha tenido que resolver con la presencia del coronavirus y que nos ha permitido superar el miedo para hacer frente a todas las dificultades que cada quien hemos tenido que afrontar al dar la cara durante aproximadamente los últimos 21 meses. 

Me parece muy importante que nos hagamos conscientes de que realmente hemos sido “valientes” para hacerle frente a las consecuencias que hemos vivido ante la presencia del coronavirus en la sociedad en general y que realmente podemos desarrollar la capacidad para sacar provecho del aprendizaje y permitirnos la oportunidad de salir siendo mejores personas, mejores familias y mejor humanidad, para heredar a las generaciones futuras, después de la experiencia histórica del COVID-19! 

                                                                Y…¡Hasta la próxima, muy queridx lectorx!