Frente a la imponente reproducción del Teocalli de Templo Mayor, dedicado a los dioses Huitzilopochtli y Tlaloc, el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia de 500 años de la caída de Tenochtitlan, hito histórico que originó el nacimiento de México, nombrado Nueva España por Hernán Cortés tras el triunfo de 20 mil soldados indígenas que apoyaron al ejército español, de 500 hombres.
Leobardo Hernández
En el marco de la masacre que este acontecimiento representó, el mandatario inició ofreciendo disculpas a las víctimas históricas que aún permanecen en el anonimato y la segregación social: los pueblos indígenas.
“Hoy 13 de agosto, fecha funeral, como diría el maestro Carlos Pellicer, recordamos la caída de la Gran Tenochtitlan y ofrecemos perdón a las víctimas de la catástrofe originada por la ocupación militar española de Mesoamérica y del resto del territorio de la actual República mexicana”, expresó.
En este sentido, el presidente condenó y calificó como “anacrónico” el discurso de quienes aún hoy defienden las imposiciones ideológicas, políticas y culturales en aras de una supuesta superioridad racial, religiosa y económica.
“Hace unos días, un escritor promonárquico de nuestro continente, que no son pocos, por cierto, afirmaba que España no conquistó América, sino que España liberó a América, pues ‘Hernán Cortés –cito textualmente– aglutinó a 110 naciones mexicanas que vivían oprimidas por la tiranía antropófaga de los aztecas y que lucharon con él’. Agrega que ‘pedir perdón por liberar a los mexicanos de los aztecas es como pedir perdón por haber derrotado a los nazis’”.
Asimismo, y pese a ser aliados en primera instancia de los invasores europeos, expuso que “durante los tres siglos de dominación colonial, los indígenas solo tuvieron dos opciones: sobrevivir en la pobreza en zonas de refugio, en la sierra, los pantanos o en la selva, porque fueron despojados de sus mejores tierras o ser enganchados para trabajar en las minas o en las haciendas como esclavos”.
En este sentido, reconoció que “empezó desde hace 500 años, para los pueblos sometidos, una era de violencia, sobreexplotación, esclavitud, desánimo y tristeza”, y enfatizó que, en cualquier contexto histórico, “la Conquista y la colonización son signos de atraso, no de civilización, menos de justicia. […]Las conquistas, las invasiones, las guerras, siempre serán un riesgo para la humanidad. Además del agravio principal, traen consigo afectaciones culturales, sociales y daños colaterales”.
Tras la reflexión, el presidente hizo un contundente llamado a “la no repetición” de actos discriminatorios y vejaciones sociales.
“Pongamos fin a esos anacronismos, a esas atrocidades y digamos nunca más una invasión, una ocupación o una conquista aunque se emprenda en nombre de la fe, de la paz, de la civilización, de la democracia, de la libertad o, más grotesco aún, en nombre de los derechos humanos. No debemos aceptar que el poder militar, la fuerza bruta, triunfe sobre la justicia”, concluyó.
Por su parte, la titular del ejecutivo de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum enfatizó la importancia de mantener y respetar la diversidad cultural de las naciones originarias que habitan el país y conservan con ellos cosmovisión, tradiciones e idiomas milenarios que aportan una forma distinta de concebir el mundo.
“La palabra ‘conquista’, y por ello la reflexión indispensable, implica la eliminación de una diversidad que conforma nuestro México pluricultural, de la riqueza de los más de 7 millones de mexicanos y mexicanas que hablan, conservan y procuran 68 lenguas que representan cultura, historia, vínculo con nuestro glorioso pasado y futuro”.
Al respecto, sostuvo que el progreso “o reconoce a los pueblos originarios su diversidad, o no es bienestar ni es progreso. Por ello, en el rescate de nuestra memoria histórica, debe enorgullecernos las cosmovisiones, el sincretismo y el no sincretismo, el reconocimiento y la reivindicación de los orígenes culturales previos a la llegada de los españoles que siguen presentes”.
Finalmente hizo hincapié en reflexionar sobre la caída de Tenochtilan, “pues en se momento histórico se originó uno de los fenómenos que aún lastiman a nuestra sociedad: el racismo. Es fundamental mostrar que a pesar de 200 años de independencia, los valores del colonialismo y el racismo han permanecido en nuestra sociedad. Es por ello que es tan necesaria la memoria histórica”.
(Foto: presidencia)
