Daniel Cortez 

AL COMPÁS DE LA IMAGINACIÓN 

¿Recuerdas el sueño que te conté cuando te conicí? 

Me mirabas sin observarme, siendo un pez en este estanque de buena voluntad. 

Era una temporada donde el clima lluvioso tendía a la nostalgia, 

no obstante, oír tu voz y ver tus labios moverse era un motivo para ser feliz. 

Ha pasado un tiempo de ello cuando mis húmedos pensamientos 

se postraban a la imaginación,  

al compás de mi mano comencé miles de conciertos recreando tu nombre,  

mientras mis dedos delineaban tu figura en el aire cómplice de mis fantasías. 

Pensé que había olvidado cada momento furtivo de la magia llamada ilusión,  

hoy te miro pasar derramando dulzura en el eco de personas que perdieron la emoción. 

Y me vuelvo un niño jugando este juego  

en el que pierdo los suspiros apostando a los sueños,  

perdiendo como siempre a causa de lo que se siente,  

¿Recuerdas que aprendí a ver con el alma cuando oí tu voz? 

EN OTROS LABIOS  

Aún no rompo con tu imagen cuando ya camino sin tus pies,  

los sueños son fugaces y el insomnio un silencio  

en el eterno resplandor de un amanecer. 

Esclavo de mis manías,  

no permito que me toquen los alcances de una noche,  

las cicatrices encadenan figuras de una tinta  

que puede parecer un vínculo... sin embargo,  

las historias son tan distintas que aún tengo el valor de verlas  

y hacer imágenes; tatuajes de un dolor por enfrentar cada vez  

que una lágrima se derrame a tu nombre. 

El camino recorrido dejará de ser el rosa de tus zapatillas,  

caminaré descalzo para llenar de rojo el sendero de la vida,  

sin importar cuantos corazones rotos me encuentre en él. 

Estoy acostumbrado a herirme al pisar un recuerdo,  

a vivir aprendiendo del dolor pintando de escarlata el cielo;  

por ello guardaré en el tacto un lunar tuyo,  

olvidando que un día en tu diario estuvo mi nombre,  

escribiendo un nuevo comienzo en otros labios.