En una publicación anterior del presente periódico (https://diarioportal.com/2020/06/09/confesiones-de-turista-33/) se hizo alusión al desarrollo de una tendencia turística poco conocida por algunos, pero que ha ido consolidándose como un potencial para el sector, sobre todo en tiempos en los cuales la catástrofe permea en la esfera social.
Aranxa Solleiro
El tanatoturismo, confundido como turismo negro u oscuro, ha tenido una difusión a través de estudios y reportajes periodísticos, permitiendo su sustento durante los últimos 25 años.
A pesar de su similitud, el tanatoturismo se identifica como “los viajes realizados desde épocas antiguas que son motivados por el deseo concreto de un encuentro con la muerte.” (Alvarado y Romero, 2017). Mencionando también que su diferencia con el turismo negro es que éste, solamente se rige de muerte, devastación o afectaciones sociales derivados de un fenómeno o proceso social que pudiera considerarse peligroso. El tanatoturismo por otra parte, necesita tener una base en donde la historia y los hechos históricos sean esenciales.
Como ejemplo se pudiera adquirir a Pompeya, ciudad que fue posteriormente visitada por masas turísticas para rodearse de las miles de muertes causadas por la erupción del Vesubio, en donde quedaron cuerpos enterrados.
No obstante, existen destinos o proyectos turísticos tomando como referencia un hecho histórico y que a su vez se conecte con la importancia del aspecto cultural en el turismo, tal es el caso de algunos museos. En la ciudad de Toluca y la ciudad de México se cuenta con un número de espacios culturales considerados como centros museográficos, los cuales se enfocan en momentos históricos como el Museo de la Inquisición en Toluca, el cual retoma las vivencias de la inquisición española impuesta en el país durante los años de 1571 a 1820.
El espacio, fue fundado el 25 de septiembre de 2015 y describe los procedimientos y mecanismos que utilizó la Inquisición para la caza de herejes, brujas e infieles al cristianismo, contra los que aplicó métodos de tortura para obtener una confesión. Los aparatos de tortura en exhibición son, en su mayoría, de una colección privada y reunidos en los mercados de antigüedades de Italia, Portugal, España, Alemania, sitios de mayor actividad inquisitoria en el mundo.
El crecimiento de este tipo de producción turística, ha sabido instalarse incluso en plataformas digitales como Netflix, exponiendo una serie dedicada al “Dark Tourism”, la cual se creó en Nueva Zelanda con capítulos documentales presentados por el periodista David Farrier, teniendo un número de espectadores notable, conllevándola a crear una segunda temporada.
Las oportunidades en el turismo para su sustento, tienen una serie de bifurcaciones importantes, como se puede enfocar a un turismo etnológico como también es adaptable para capturar la tragedia desde una perspectiva diversa.
Los museos, como lo comentó la Maestra Ivett Tinoco en un conversatorio referente al arte vivo, podrían ser salvamento de almas frustradas, opacadas y con una tempestad interna que ha causado la pandemia y demás situaciones de agravio, los cuales por fortuna, es posible ajustar a todo tipo de gustos e ideologías que incluso, tienen el poder suficiente de cambiar el negro por el blanco.
Si la capital mexiquense cuenta con más de 24 museos, deberán de crearse estrategias precisas para fortalecer redes de museógrafos, beneficiándose por supuesto, de nuevas tecnologías que generen un mejor impacto en una de las poblaciones más indiferentes a la cultura, no por su desinterés nativo, sino por el incorrecto manejo de propuestas y proyectos turísticos de parte de agentes políticos a lo largo del tiempo.
El tanatoturismo es sin dudarlo, otra vertiente más del salvamento turístico en Toluca y el Estado de México. No solo considerando el Museo de la Inquisición, sino por sus hechos históricos de fusilamiento en plena guerra de Independencia, en sacrificios a Dioses en sus sitios arqueológicos y en sus espacios religiosos de oscuros decesos por injusticia a sus novicias y diáconos durante la época activa de sus conventos.
(Foto: Aranxa Solleiro)
