Una de las figuras más polémicas y atractivas de la cuarta transformación es, sin duda, Antonio Attolini, el joven que se deshila en twitter, domina mesas de debate en televisión, quien con envidiable dominio de la retórica y, tal vez soberbio, pero con sólido conocimiento y entendimiento de la ciencia política, en 2018 prestara (regalara) su voz como vocero del sector juvenil del Movimiento de Regeneración Nacional en la histórica campaña presidencial.
Ximena Barragán
Fresco, auténtico, cool, y sin poses, el rockstar de la izquierda mexicana, se ha desempeñado como asesor legislativo y, recientemente, como coordinador técnico de Vinculación Internacional del Instituto Mexicano del Seguro Social, cargo al que renunció el pasado 31 de mayo para buscar la Secretaría General de Morena.
“Se puede ser feliz buscando la felicidad y el bienestar del prójimo”
La motivación detrás de esta aspiración del originario de Torreón es, como ha dejado claro es múltiples entrevistas, spots y posts es fortalecer “un instrumento de lucha que esté a la altura del llamado del Presidente“, a quien, hoy, “Morena le ha fallado”.
Para Attolini, “cuidar” el Movimiento de Regeneración Nacional y fortalecer su vida externa es importante porque antecede, precede y es instrumento de lucha del “obradorismo”, por tanto, “debe estar a la par de los reclamos del pueblo” y no solo de un pequeño sector de la población (afiliados a las filas de un partido).
Para tal efecto, comenta en entrevista para Portal, es necesario, recuperar el sentido de acción política que AMLO fervientemente defiende, el de la democracia participativa, “el plebiscito, el referéndum, la iniciativa ciudadana, la revocación de mandato … el presidente es un obsesionado de esto, pero se le ha dejado solo”.
Si Morena tiene representación preponderante en 22 congresos estatales, ¿por qué no hay 22 congresos sujetos a las reglas de la austeridad republicana?, ¿ por qué no hay 22 gobernadores sujetos a la revocación de mandato?”
De llegar a la Secretaría General, Attolini, buscará dotar al partido de un línea y visión política que trascienda su vida interior y alcance a los obradoristas que no están dentro, “los acuerdos del Comité Estatal Nacional no sirven de nada si se quedan en una carpeta”
Y es que, para Antonio las filas del partido no son lo importante, él pareciera identificarse dentro de un movimiento de transformación que trasciende estructuras políticas , no le interesa ensanchar las filas del partido para atender los requerimientos de los simpatizantes, “los obradoristas no necesitan gafetes de identidad, son hombres y mujeres libres que , de buena voluntad han decidido combatir la corrupción y poner fin a la impunidad, se saben y se conocen”.
Además, buscaría consolidar una plataforma de acción mediante la consolidación de relaciones con organizaciones, sindicatos y buscar integrar personas y colectivos con justos reclamos a la presidencia, porque “es un principio obradorista: escuchar y ser empáticos… nunca vamos a ser tan soberbios y prepotentes como para pensar que sabemos que le duele al pueblo”.
En este sentido, es que los obradoristas, como él, también celebran las contradicciones, “hay que desenredar esas frustraciones, que sean más intensas, incluso, más sólidas, porque a partir de eso se genera el conflicto que mueve a la democracia: tener puntos de vista encontrados para lograr sacar adelante un proyecto”.
Aunque el ímpetu, la popularidad y la propia vida parecen darle para mucho más en su carrera política, Attolini afirma otro plan a futuro que el consolidar esta aspiración y trabajar en el proyecto los 3 años que el puesto demandan, “si llego … ya después hablamos”.
(Foto: redes)
