Para ser un corresponsal de guerra se requiere “seguridad, experiencia y ganas de ser alguien”, le dijo Jacobo Zabludovsky a un joven reportero de guardia nocturna, con un sueño claro e inamovible: contar las historias que se viven en las zonas de conflicto bélico.
Ximena Barragán
Sería precisamente ese joven, sin seguridad, experiencia, pero sí muchas ganas de ser alguien, quien, más de una década después hiciera llorar a todo México en un enlace telefónico desde Irak.
“Físicamente estamos bien, Joaquín … intento estar fuerte”.
Desde su adolescencia, Eduardo Salazar se fijó una meta que no dejaría perder: ser corresponsal de guerra. Con esa determinación en mente y desde la primera guerra del golfo, con sus propios medios, sin la autorización de ningún superior, y después de atravesar algunas dificultades al aire, el entusiasta reportero se hizo de una visa Iraquí, que en algún momento sería precisamente su pase de acceso al centro de la noticia.
Después de varios viajes a la zona de conflicto, (a partir del atentado a las torres gemelas), un 20 de marzo de 2003, Lalo Salazar: el del helicóptero, el mismo que se había paralizado y reído a cuadro, estaba transmitiendo en vivo, desde el Hotel Palestina el primer bombardeo a Bagdad en el inicio de la histórica invasión a Irak.
Desde anécdotas simpáticas, hasta la experimentación de la tragedia en carne propia, Eduardo Salazar compartió sus experiencias como corresponsal de guerra con alumnos y docentes del Tec de Monterrey Campus Toluca en el marco de las actividades por el Día de la Comunicación.
En el encuentro con jóvenes aspirantes a comunicadores, el ahora Director General del Diario 24 horas, hizo hincapié en la enorme responsabilidad de un reportero en una situación de guerra, la importancia de la camaradería entre compañeros y el compromiso con la información;
“hay que recordar que la estrella de la noticia es la noticia, no quien la cuenta”, comentó.
Para concluir, refirió también al papel de las nuevas tecnologías en las formas de adquirir y transmitir información hoy en día, fecha en la que los periodistas siguen siendo “contadores de historias”, con un fuerte compromiso.
(Foto: Ximena Barragán)
