Previo al desahogo de los asuntos del orden del día, quiero, de manera muy breve y con su venia, emitir un mensaje con motivo de esta última sesión en la que participo como presidenta de este órgano jurisdiccional, última instancia en materia electoral en nuestro país.
Es un momento de cierre de ciclos, no de despedidas. Considero importante dejar claro que las instituciones siempre prevalecen más allá de las personas.
Lo menciono porque justamente esta sesión marca la conclusión de un ciclo al frente de la presidencia en momentos relevantes. Fue un periodo de aprendizaje, de retos y de ejercicio de responsabilidades al conducir los trabajos de esta institución durante procesos electorales de gran trascendencia para la historia mexicana.
Quiero expresar mi reconocimiento a la magistrada Janine Otálora Malassis, al magistrado Felipe de la Mata Pizaña, al magistrado Felipe Alfredo Fuentes Barrera y al magistrado Reyes Rodríguez Mondragón.
Les reconozco ampliamente su desempeño, su trabajo y su visión constante para cumplir con lo establecido en la Constitución. Si bien en ocasiones nuestras interpretaciones jurídicas fueron diferentes, siempre compartimos la convicción de actuar conforme a nuestra responsabilidad constitucional, buscando los mejores resultados en el ejercicio de nuestra función jurisdiccional.
Agradezco profundamente su dedicación y esfuerzo para construir, día a día, durante estos dos últimos procesos electorales tan trascendentes para la vida democrática del país. Estuvimos siempre presentes para resolver, en tiempo y forma, todos los medios de impugnación sometidos a nuestra consideración.
Jamás tuvimos inconvenientes para sesionar por falta de quórum.
Cabe señalar que, por el momento, esta será la última sesión en la que el pleno estará integrado por las siete magistraturas. En los procesos electorales que implicaron la calificación de la elección presidencial —de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo— y la primera elección judicial en México, siempre coincidimos en nuestra visión de jueces de última instancia, comprometidos con México, la democracia y nuestra institución.
Nunca titubeamos en cumplir con nuestro deber.
Al magistrado Gilberto Bátiz y a la magistrada Claudia Valle Aguilasocho les agradezco y celebro su incorporación a este pleno, pues sé que continuaremos fortalecidos, trabajando con disciplina y compromiso en favor de la impartición de justicia electoral, como ha sido hasta ahora.
A mis compañeros y compañera de pleno durante estos nueve años, no solo en los dos procesos electorales recientes, sino desde 2016, expreso mi reconocimiento por el camino recorrido juntos en esta Sala Superior del Tribunal Electoral.
Nuestra integración respondió a las necesidades del Estado mexicano y, juntos, dimos la respuesta institucional, democrática y de justicia que el país requería.
Me retiro de la presidencia con gran honor, para continuar desempeñando mi función como impartidora de justicia en este Tribunal.
Deseo también reconocer la trayectoria y el trabajo de la magistrada Janine Otálora Malassis. Sé que pidió que esta sesión fuera exclusivamente jurisdiccional, pero no puedo dejar de rendirle un reconocimiento por su fortaleza, su aportación y su compromiso con este Tribunal Electoral. Sus decisiones —a veces compartidas, a veces no— siempre fueron firmes, válidas y constitucionales, como las de cada una y cada uno de nosotros.
Cerramos un ciclo y abrimos nuevos caminos. Hay mucho por andar y estoy segura de que la magistrada Otálora continuará fortaleciendo, desde donde decida hacerlo, a México, a la democracia y a nuestra institución.

Magistrada, se le respeta y se le quiere. Aquí siempre será bienvenida.
Extiendo también un reconocimiento a su equipo y a todas las personas que la acompañaron durante estos nueve años en la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
A las magistraturas regionales, les expreso un amplio agradecimiento por su visión y por fortalecer la labor de las salas regionales, consolidando su papel como última instancia en los comicios nacionales que vivimos juntos.
Hoy entregamos cuentas —como lo hicimos el viernes pasado en la Suprema Corte de Justicia de la Nación— no individuales, sino como colegiado, reflejo del trabajo institucional de esta casa de justicia.
A cada una de las direcciones que integran la Sala Superior del Tribunal Electoral, reitero que sin su compromiso no habría sido posible enfrentar los retos que implicaron los comicios y garantizar el funcionamiento armónico de la institución.
También agradecemos a las autoridades electorales locales, que nos enseñaron que el federalismo mexicano no solo es una forma de gobierno, sino una forma de vida que refleja la corresponsabilidad y cohesión de nuestra sociedad y ciudadanía.
Finalmente, quiero agradecer profundamente a mi equipo, a mi ponencia y a todas y todos quienes me acompañaron en la presidencia durante estos casi dos años.
Más allá de los desafíos, logramos consolidar un tribunal fuerte, referente nacional y firme garante de los derechos político-electorales.
No hubiera sido posible cumplir con esta responsabilidad sin el valioso acompañamiento de mi equipo y, por supuesto, de mis compañeros de pleno.
Mañana, 31 de octubre, concluye mi gestión como presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, el encargo más alto de mi vida profesional.
Por primera vez en nueve años, me honra decir que inicia una transición ordenada, institucional y transparente, que se llevará a cabo con pleno respeto a nuestras atribuciones y responsabilidades, asegurando la continuidad del trabajo jurisdiccional y administrativo en beneficio de la justicia electoral y de la ciudadanía.
El magistrado Gilberto Bátiz García asumirá la presidencia de esta institución a partir del 1 de noviembre. Sabemos que enfrentará con éxito los nuevos retos, acompañado de un equipo valioso y profesional que continuará fortaleciendo al Tribunal Electoral.
Esta transición no solo representa un relevo en la conducción institucional, sino también la oportunidad de renovar el compromiso con la justicia electoral, con la ciudadanía y con los valores democráticos que nos definen.
Estoy convencida de que el magistrado Bátiz ejercerá esta encomienda con integridad, firmeza y sensibilidad, guiado por los más altos estándares de profesionalismo.
Su trayectoria y vocación de servicio auguran una gestión sólida, transparente y comprometida. Confío plenamente en que su liderazgo sabrá conducir al Tribunal por los caminos de la justicia electoral.
Le deseo el mayor de los éxitos y reitero mi disposición y compromiso para seguir colaborando con esta institución.
Como dije al inicio, no es un momento de despedidas, sino de cierre de ciclos y de inicio de nuevos caminos, en los que seguiremos aportando desde nuestras funciones como demócratas, como republicanas y como juezas electorales.
Muchas gracias.
Gracias a todas y todos.
Gracias también a los medios de comunicación, que siempre estuvieron presentes para escuchar y acompañar en momentos complejos y de gran satisfacción.
Seguiremos siempre a sus órdenes.
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Categoría: Seguridad y Justicia |
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