Hoy día, llegar a un diagnóstico de cáncer de próstata es muy sencillo, afirman Ana Laura Guadarrama López, directora de la Clínica Multidisciplinaria de Salud UAEMéx, y Pedro Fernando Vera Hernández, investigador en biotecnología en la misma institución. En su artículo “Relación entre estilo de vida y cáncer de próstata: ¿Qué hacer para reducir el riesgo?”, publicado en la revista Universitaria, explican algunos factores del estilo de vida que pueden modificarse sin problema y, con ello, reducir el riesgo de padecer esta enfermedad o atenderla de manera oportuna.

Los investigadores explican que el cáncer de próstata se refiere al crecimiento anormal y lento de células en esta pequeña glándula que forma parte del sistema reproductor masculino. Al inicio, puede no causar síntomas; pero la detección a tiempo puede impedir que se disemine a otras partes del cuerpo.

De acuerdo con los autores, existen dos tipos de factores de riesgo: aquellos que son inevitables y los que pueden modificarse, como los hábitos cotidianos que impactan directamente en nuestra salud. Los primeros incluyen la edad, pues a partir de los 50 años existe mayor incidencia, y también consideran la genética, es decir, antecedentes familiares, principalmente en padres y hermanos; los segundos son la alimentación, el peso corporal, la actividad física y el consumo de tabaco y alcohol.

Ana Laura Guadarrama y Pedro Fernando Vera enfatizan la importancia de la detección temprana de esta enfermedad. Un diagnóstico durante las primeras etapas tiene mayor probabilidad de éxito. Por ello, es indispensable conocer los síntomas, como molestia al orinar e incremento de la necesidad y la frecuencia; además, deben realizarse valoraciones urológicas constantes y la prueba de antígeno prostático, estudio que verifica la proteína de la glándula prostática por medio de análisis de sangre.

Por último, los especialistas de la salud resaltan la necesidad de adoptar estilos de vida saludables y aprovechar las herramientas de salud que hoy en día permiten detectar enfermedades complejas. “Cada paso hacia un estilo de vida más saludable es un paso hacia una vida más larga y de mejor calidad”, concluyen.