Empezaba el nuevo milenio con la coyuntura política en contra del PRI que venía de perder por primera vez la Presidencia de la República y el tricolor enfrentaba su primer reto que era elegir a su dirigente sin la elección del “primer priísta del país, por lo que los gobernadores priístas, ya sin amo, adquirieron gran poder y se convirtieron en una suerte de virreyes, de hecho, así los tildó la raza y, sobre todo, los medios y comentócratas anti priístas. Varios aspiraron a la dirigencia nacional del PRI, pero se perfilaba la figura de Roberto Madrazo Pintado que meses antes aspiró a la candidatura presidencial rebelándose al gris Ernesto Zedillo y fue el candidato de una buena parte de los priístas del país, pero otra parte apoyaba a la tlaxcalteca Beatriz Paredes, que fue apoyada por mandatarios del centro y norte del país, mientras el sur era totalmente madracista, entre ellos este humilde “escribidor” que en ese 2002 conoció a Alejandro Moreno Cárdenas, quien gracias a Madrazo Pintado, logró hacerse de la dirigencia nacional de Frente Juvenil Revolucionario (FJR) y lo apoyé siendo parte de su equipo en cuanto llegamos con Madrazo Pintado tras derrotar a la “aiga sido como aiga sido” a Paredes Rangel. El priísmo mexiquense se movilizó apoyando a la de Tlaxcala, pero no ganó, y los entonces jóvenes priístas nos reunimos en torno a Alito y a Roberto Madrazo. Alito se hizo del FJR y me mandó de Delegado a Michoacán para remover al dirigente juvenil priísta que no había “jalado” con él. Me dijo “pon al que quieras, pero quítame a ese ca...”. Un año antes, en la 18 Asamblea Nacional del PRI, siendo el representante nacional de la juventud cetemista ante el CEN del FJR, acudí como Delegado Efectivo a una de las 4 o 5 sedes nacionales de dicha asamblea, que fue Taxco Guerrero. Ahí conocí a Guillermo Valencia Reyes que era el líder juvenil del Movimiento Territorial, MT, de Michoacán y desde entonces entablamos una estrecha amistad. Cuando Moreno Cárdenas me comisionó en Michoacán que estrenaba gobernador no priísta con el júnior Lázaro Cárdenas Batel, pude imponer la voluntad del CEN priísta delegada “plenipotenciariamente” a mi favor y me decidí por Memo Valencia para líder del FJR michoacano aun en contra de la voluntad de quien era el presidente del CDE, Jesús Reyna García (quien después fue gobernador interino y terminó en el bote). Mis idas a Morelia para operar políticamente fueron cada vez más frecuentes, y por Memo conocí a muchos jóvenes del entonces FJR, de distintas organizaciones sectoriales (de los sectores: CTM, CNC y CNOP) y adherentes (MT, CIM o ahora ONMPRI, Jóvenes del Foro de Profesionales y Técnicos, etc) así como de la estructura municipal, que eran los comités municipales y sus coordinaciones distritales y regionales, y entre ellos destacaba alguien mucho más joven que Memo y yo, un líder juvenil de Uruapan: Carlos Alberto Manzo Rodríguez. Después seguimos colaborando entre el CEN y el priísmo michoacano en el que se atravesó un tercero, el priísmo del Edomex, el del oficialmente negado “Grupo Atlacomulco” con Montiel como cabeza. De allá vinieron varios operadores electorales como José Ascención Orihuela Bárcenas (que luego fue Delegado del CEN) y el ex gobernador Luis Martínez Villicaña, entre otros, pero antes los del Edomex se les fueron a meter con su “Farsa Mexiquense” ¡perdón! Fuerza Mexiquense, los mapaches electorales. Con el corrupto y vende patrias de Peña Nieto continuó la relación entre los priísmos mexiquense y michoacano, pero se rompió cuando Peña impuso a su cercano Alfredo Castillo Cervantes, como virtual “delegado con funciones de gobernador” sin serlo, “el virrey” le apodaron, y fiel al estilo de ese odioso PRI mexiquense “atlacomulca” provinciano y pueblerino, llegó muy inflado y prepotente con los michoacanos, ganándose el repudio de éstos, y más de Memo Valencia a quien quitó de la presidencia municipal de Tepalcatepec, donde fue electo democráticamente. Por eso, por algún tiempo los priístas michoacanos, como los de otros estados, detestaban a los priístas del “Establo de México” como les decían, incluso a mi al trabajar para el CEN en otras entidades me costaba ser aceptado cuando sabían que venía del Estado de México, hasta que les aclaraba que era madracista y del CEN, no de aquí. Con la llegada de Alito al CEN priísta, Memo Valencia le pidió ser candidato a alcalde de Morelia en 2021 y se lo concedieron, pero “sospechosistamente” sólo y no en alianza. Fue mi última participación como operador electoral del CEN del PRI. Pierde y meses después, por Alito, Valencia Reyes se hace de la dirigencia estatal priísta y todavía lo acompañé a su toma de protesta días antes de dejar el PRI e irme a la 4T. Luego el mismo anti PRI Edomex tiene acercamiento con Montiel y en un interesado acto de servilismo le pone su nombre (algo que el encanta al megalómano oriundo de Atlacomulco) a la Sala del Salón Presidentes de la sede del CDE michoacano, con una amiga en común de ambos: Beatriz Parades Rangel. En esos días conozco en esa coyuntura a la entonces esposa de Montiel: Karla Cortés Treviño, quien inquieta a priístas michoacanos que aspiraban a una diputación federal plurinominal en 2024, pues daban por hecho que el mexiquense se las impondría desde Los Encinos, y sí, si la impuso pero no pluri sino de mayoría y no por Michoacán sino por el distrito 24 de Lerma, pero perdió ante mi amigo Luis Carballo, por el PVEM en alianza con Morena y PT, pero le quitaron la curul ante de asumirla por ser deudor alimentario. Montiel, el más activo de los ex gober...nadores, sigue reuniéndose con sus incondicionales que le prenden incienso y reafirma su militancia priísta mientras se reúne con el líder estatal del PVEM, José Alberto Couttolenc, con quien acuerda el envío de más priístas al partido del Tucán. Ya está ahí su ex secretario particular Miguel Sámano Peralta y a su ex esposa Karla Cortés Treviño, de quien está divorciado, pero, al parecer, no políticamente, mientras Luis Carballo aún no digiere la llegada de Karla Cortés. He hablado tanto con la Doctora como con Luisito Carballo y no han logrado reunirse, y veo difícil que se sienten ambos, pero mientras Couttolenc Buentello ha optado por una decisión salomónica, que ambos sean candidatos en 2027. Pero volviendo al tema de Michoacán, en relación con el priísmo mexiquense, a ambos los une la vecindad, une a sus respectivos dirigentes Guillermo Valencia Reyes y Cristina Ruiz Sandoval el dueño de ese partido: Alejandro Moreno Cárdenas, pero los divide Montiel, y ahora, el asesinato de Carlos Manzo les da ambos la oportunidad de redituarles electoralmente, para no decir “raja política” ni llamarlos “carroñeros. ¡Hasta la próxima! Y recuerden, no son inventos sino el recuento de mis vivencias y experiencias ... 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Columnista: Alfonso Godínez Mendiola |
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