Leobardo Hernández

“Hoy sabemos que las mujeres participaron en las grandes hazañas de la historia de México desde diferentes trincheras, y también sabemos que las mujeres podemos ser presidentas y, con ello, hago una respetuosa invitación a que nombremos presidenta con ‘a’ al final, al igual que abogada, científica, soldada, bombera, doctora, maestra, ingeniera, con ‘a’, porque, como nos han ensañado, sólo lo que se nombra, existe”.

Éste fue el preámbulo de la presidenta Claudia Sheinbaum para manifestar la firme convicción de que su gobierno, como el primero encabezado por una mujer en la historia del país, está obligado a visibilizar y consolidar la lucha de las mujeres, que han vivido en la ignominia durante miles de años.

“Hoy quiero reconocer, no sólo a las heroínas de la patria, a las que seguiremos exaltando, sino también a todas las heroínas anónimas a las invisibles, que con estas líneas hacemos visibles, a las que, con nuestra llegada a la presidencia y estas palabras, hago aparecer. Las que lucharon por su sueño y no lo lograron, las que lucharon, y no lo lograron, llegan las que pudieron alzar la voz y las que no lo hicieron, llegan las que tuvieron que callar y luego gritaron a solas. Llegan las indígenas… Llegan ellas, todas ellas que nos pensaron libres y felices”, expresó.

En este contexto, se asumió como parte de la causa: “soy madre, abuela, científica y mujer de fe y, a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas. Y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria [...] no les voy a defraudar. Les convoco a seguir haciendo historia, concluyó entusiasta proclamando tres veces “Viva México”.

(Foto: Especial Portal)