Leobardo Hernández
La construcción de edificios no sólo marca el crecimiento de las ciudades; muestra, a su vez, la transformación de los espacios, cuya evolución influye en quienes los habitan. Así lo manifiesta Carla Valdespino Vargas, quien en su faceta de fotógrafa ha tomado radiografías de distintas edificaciones de Toluca antes de ser concluidas, y comparte, desde su visión, los huesos de la capital mexiquense.
‘Poética del concreto’ es la segunda exposición fotográfica de la literata y académica que se presenta en Valéxico, foro multicultural en el corazón del estado, sobre la calle Independencia en el número 802, a unos metros de Felipe Villanueva, y estará abierta al público hasta el 31 de mayo.
“Es una serie de fotografías sobre construcciones. […] Mi hobby de sacarle fotos a las construcciones me llevó a planearlo. Una de las fotos la saqué cuando tenía 17 años”, compartió la autora a Diario Portal.
El proyecto nace del gusto de la artista por caminar la ciudad y retratar la transformación paulatina de su entorno. Esta exhibición cuenta con un antecedente llamado Toluca y Metepec, una heterotopía, libro de la propia autora “que justamente habla sobre la transformación de Toluca y Metepec, y hace como una crítica a una serie de construcciones que hay en estas dos ciudades, que pretenden como modernizar a esta zona, pero que nunca alcanzan esa modernización porque muchas de estas construcciones están abandonadas”.
“¿En qué se va a convertir esto que están empezando a construir?” es la pregunta capital que detonó el interés de la fotógrafa por dar seguimiento al ensamblaje de esqueletos de hierro bajo los acabados de concreto y pintura de las edificaciones.
“Eso es lo que me gusta por un lado; por el otro lado, podría ser contradictorio, y además es como parte de mi personalidad, un poco contradictorio que a la par es cómo siempre pretendemos o pensamos que por construir cosas muy grandes o llenas de concreto nos modernizamos, y se destruyen parques, se destruyen árboles, se destruyen zonas ecológicas por construir cosas, ¿no? Por modernizarnos supuestamente”.
Otra de las motivaciones de la expositora es mirar lo que nadie mira, “olvidamos como que el Interior de los edificios, la estructura, lo que sostiene a los edificios, lo que soporta a los edificios”. Tal inquietud no es gratuita, pues su padre, reveló la también poeta, fue ingeniero civil, hecho que marcó su fascinación por las estructuras urbanas.
Construir antes y después
‘Un paseo por el cuento’ de Julio Cortázar fue otro incentivo para la entonces estudiante de letras, Carla Valdespino, “justamente él hace la comparación entre el cuento y la fotografía y entre la novela y las películas, los largometrajes. Entonces él dice, finalmente el cuento es como una fotografía, como ese instante que nos está contando, y solamente nos enfocamos en un punto […] finalmente la fotografía nos cuenta una historia”.
Pero las historias, desde la invención de la oralidad y la gráfica con las pinturas rupestres han cambiado su sentido, desde concebirse como la explicación del mundo con la mitología hasta las aparentes nimiedades compartidas en redes sociales con determinados caracteres.
Para Carla Valdespino, quien además se ha especializado en la investigación de la época prehispánica de Mesoamérica, la esencia de las edificaciones se ha trastocado a través de las épocas.
“Hay una ciencia bien interesante que se llama arqueoastronomía, y la arqueoastronomía hace estudios justamente de urbanización y cómo justamente estas ciudades, o la mayoría de las ciudades mesoamericanas fueron trazadas a partir de los astros, un poco también las ciudades mesoamericanas se trazan resignificando los cerros: para el pensamiento mesoamericano los cerros eran dadores de vida, ¿no? Entonces los templos principales eran una representación de estos cerros míticos”, explicó.
En contraste, expuso que “en el siglo XXI como que nos hemos olvidado de representar o de hacer simbólico el lugar donde estamos viviendo, simplemente y sencillamente construimos y construimos y construimos olvidándonos de relacionarlo con algo más humano. Y finalmente, Toluca y Metepec son ciudades que nunca fueron planeadas. O sea, simple y sencillamente no hay un diseño urbano y no se piensa pues a la larga el impacto ambiental o el impacto incluso social o el impacto cultural”.
Al incio de la exposición hay una par de códigos QR que se pueden escanear. Uno con la descripción de las 20 fotografías que componen la muestra, y otro para adquirir el libro Toluca y Metepec, una heterotopía.
(Foto: Leobardo Hernández)
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