Martha Romero

Desde 2009 a la fecha, la Alianza Internacional de Mujeres Inquebrantables apoya a mujeres que han estado privadas de la libertad, y trabaja de manera permanente con los Centros de Readaptación Social del Estado de México, en especial con el penal de Santiaguito, ya que lamentablemente el tema de justicia no está claro porque no se ha revisado como tal, informó su presidenta y fundadora, Esmeralda de Luna Sánchez.

Añadió que hay mujeres purgando penas innecesarias, y a veces la fianza que deben pagar que es de tres mil, siete mil o hasta 15 mil pesos; no obstante, no contar con recursos las mantiene encarceladas, razón por la que se ha acercado a servidores públicos para que ayuden con la cantidad de dinero requerida para obtener la libertad.

“Estamos apoyando a las mujeres que pueden obtener su libertad o que pueden ser preliberadas, creemos en las segundas oportunidades para todas esas mujeres que en algún momento estuvieron en el lugar equivocado, con la persona equivocada y que hoy lo único que estamos haciendo es trabajar con ellas para su reinserción”, resaltó.

Añadió que desde 2009 al día de hoy, han recibido a alrededor de 137 mujeres con libertad absoluta, y otras están en el proceso de preliberación, es decir, en libertad condicional, y cada semana a firmar en el centro penitenciario, además de estar bajo observación de la autoridad correspondiente, pero han aceptado el protocolo que mujeres inquebrantables opera.

De Luna Sánchez, precisó que los delitos por los que purgan una pena es porque 70 por ciento de las mujeres fueron pareja sentimental de una persona que cometió algún acto ilícito, además de que en 2009, en el penal de Santiaguito, sólo había 205 presas; ahora hay más de 900.

Bajo este panorama, solicitó que realmente se construyan leyes a favor de estas mujeres y se revise cómo se está aplicando la ley porque se cree que todas son delincuentes; y no es así, pues hay situaciones de vida catastróficas e incluso mujeres de 70 u 80 años recluidas que ya no pueden caminar o comer, y la autoridad no les autoriza un brazalete para concluir su condena en casa.

Añadió que visitan los lunes y viernes los centros penitenciarios al llevar jornadas médicas, actividades deportivas, trabajo de desarrollo humano, les enseñan cómo van a reinsertarse cuando salgan de prisión y en la jornada jurídica, el centro penitenciario hace un filtro de la personas que son aptas para salir que contempla delitos menores, son las mujeres que se evalúan para que puedan obtener el probono jurídico, totalmente gratuito por parte de un bufete de abogados.

Finalmente, indicó que trabajan con el taller Cociendo Libres, dirigido a mujeres que fueron víctimas, mujeres preliberadas y liberadas que necesitan un espacio donde vivir, donde trabajar y la manera profesional de reinsertarse a la sociedad, en dicha actividad elaboran disfraces, pantuflas, trajes de Niño Dios, sudaderas, uniformes industriales, entre otras prendas.

(Foto: Martha Romero)