E. Rivera

¿De dónde sacará Mónica Álvarez Nemer los cuantiosos recursos que derrocha en promoverse mediante espectaculares, encuestas telefónicas manipuladas, menciones pagadas en portalitos salameros que se alquilan y se venden al mejor postor, entrevistas a modo y muchos otros eventos encaminados a “posicionar” su nombre entre los ciudadanos toluqueños para que la recuerden y mencionen cuando se apliquen las encuestas de Morena para definir aspirantes a la alcaldía de Toluca?

Como se sabe, la señora Mónica es una expriista chapulina que se incrustó en Morena gracias al padrinazgo del turbio Ricardo Moreno, quien pregonaba y pregona en el Club Toluca, ser el dueño de la “franquicia” de Morena en la capital del Edomex. Ricardo tiene una estrecha cercanía y amistad con el esposo de la señora Álvarez Nemer, y en su momento le ofreció presentar a Mónica con quien se decía el “dueño” de Morena en la entidad, PRIgino Martínez, para que la hiciera candidata a diputada porque en el PRI le habían dicho no cuando pidió esa posición. Y como dijo Juan Gabriel, así fue.

De entonces a la fecha, la señora Álvarez Nemer (quien por cierto es prima de Ernesto Nemer, el sombrío y déspota exsecretario de gobierno de Alfredo del Mazo) ha tenido un desempeño bastante gris como legisladora. Claro que ella puede decir otra cosa, pero basta con escucharla mal leer a trompicones los documentos que alguien le escribe para que los exponga en tribuna.

Ella, al igual que Juan Rodolfo, Gabriela Gamboa y otros más, son fruto podrido de las triquiñuelas que Ricardo Moreno y PRIginio han venido haciendo desde que se apoderaron de Morena en el Edomex.

Ojalá que la maestra Delfina escuche a las bases de auténticos morenistas que exigen se ponga un hasta aquí a esta pandilla de vividores de la política.