Eric Rosas

Comisión de IA

Cada vez tenemos más contacto con las aplicaciones derivadas de esa mega tendencia tecnológica que se ha denominado como la Inteligencia Artificial (IA). Desde las más sencillas, como lo son los presentadores de algunos noticiarios; los sistemas robotizados de ayuda al cliente que se pueden encontrar en las páginas web de bancos, dependencias de gobierno, etc.; hasta algunas más sofisticadas, como las que operan detrás de los motores de búsqueda en internet, o los que maximizan las ventas para muchas empresas de comercio electrónico; las aplicaciones de IA forman parte creciente de la economía y se han ido integrando a nuestra cotidianidad, incluso a pesar de que no estemos siendo conscientes de ello.

La IA es una mega tendencia tecnológica que está basada en el desarrollo de algoritmos de cómputo que utilizan la información que pueden obtener para optimizar la toma de decisiones. Estos procesos de lógica matemática permiten que los sistemas de cómputo puedan guardar memoria de las acciones realizadas y de sus resultados o consecuencias, de forma que la información obtenida se almacena y se convierte en experiencia, simulando así el proceso de aprendizaje de los humanos conocido como inteligencia cognitiva.

Las técnicas de IA en las que ha habido mayor desarrollo son el aprendizaje automático, el aprendizaje profundo, el descubrimiento de datos inteligentes y el análisis predictivo. El aprendizaje automático, también conocido como IA débil, es el nivel más básico de la IA y nos proporciona algoritmos que le permiten a las computadoras realizar acciones sin necesitar de una programación explícita para ello. El aprendizaje profundo incorpora a las redes neuronales para, por ejemplo, identificar las matrículas de los vehículos, realizar reconocimiento facial y de imágenes, y traducir y procesar el lenguaje natural. El tercer nivel, el descubrimiento de datos inteligentes, permite incorporar datos y es capaz de identificar patrones en éstos, por ello es que actualmente está impulsando a la inteligencia empresarial. Y, por último, el análisis predictivo, incluye metodologías probabilísticas que permiten anticiparse a los resultados, por lo que está siendo explotado para, verbigracia, modelar el otorgamiento de créditos, la segmentación y la migración de clientes, o la probabilidad de compra, entre muchos otros aspectos

La IA encuentra nuevos usos día tras día, como lo demuestra el hecho de que tan sólo en la década más reciente se triplicó el número de solicitudes de patentes presentadas por año, relacionadas con aplicaciones de la IA. En conjunto, las diez empresas más importantes de este sector habían obtenido hasta el 2018 un total de 91 569 patentes en diversos países del mundo. Este vertiginoso crecimiento en la propiedad industrial vinculada a la IA evidencia que esta mega tendencia tecnológica está convertida ya en un pilar de la economía mundial, y algunas empresas de consultoría estiman que su valor de mercado anual en todo el orbe alcanza varios miles de millones de dólares estadounidenses.

Por estos motivos es que muchos países ya le han conferido a la IA el sitio de relevancia que amerita en sus discusiones nacionales, al punto de haber creado las comisiones respectivas en sus órganos parlamentarios y legislativos. México se encuentra un poco rezagado en este ámbito, pero sería deseable que este tema, que comenzará a discutirse en breve por los diputados federales, pronto entregue la creación de una comisión de IA en la Cámara de Diputados.

Lo anterior, dicho sin aberraciones.

Facebook: @DrEricRosas
Twitter: @DrEricRosas