Ivan Joatzay
Locatarios y residentes de Toluca afirman que, con la llegada del nuevo Tren Interurbano México-Toluca, se esperan mayores ventas para sus comercios y un incremento de inseguridad en zonas aledañas a la construcción.
Con el anuncio de inicio de operación del tren interurbano del pasado 18 de julio, donde el presidente de la república mexicana, Andrés Manuel López Obrador, explicó que el tramo Zinacantepec-Lerma se inaugurará el próximo 14 de septiembre, el equipo de Portal salió a las calles para conocer la opinión ciudadana sobre el posible impacto que el nuevo transporte generará en la comunidad toluqueña.
¿Qué afectaciones ha generado el tren?
De acuerdo con residentes de las colonias La Magdalena y Nueva Santa María, localidades aledañas a la segunda estación del tren ubicada en av. Pino Suárez, desde que inició la actividad de construcción del proyecto en 2014, sus comunidades se han visto afectadas con constantes y variadas problemáticas, donde la falta de servicios como agua o el incremento del trafico complicaron su estadía por varios años:
“Yo ya tengo 10 años aquí y si te puedo decir que aquí sí hubo momentos en los que el agua nos faltó por la obra, había tráfico y el moverse totalmente se puso denso, al punto en que para atravesar nada mas este tramito, en el puro cruce, se llevaba uno hasta 25 minutos”, expuso una residente de Nueva Santa María.
Entre otras afectaciones, los toluqueños explicaron que, “aunque nuestra zona no era la más segura”, sí hubo un drástico incremento de miedo e inseguridad entre los residentes, donde, con la llegada de nuevos pobladores, puntos de concentración constantes por la movilidad y aumento de la oferta laboral, los robos se manifestaron:
“Gente que uno no conoce llega y claro que hay asaltos también, porque varios residentes de aquí decían que era gente que no era de aquí [quienes cometían los asaltos], que se veía que no conocían y que traían vestimenta e instrumental de trabajador, hasta ese tipo de cosas llegaron a pasar por aquí”, expuso un comerciante informal.
Asimismo, a pesar de las problemáticas, locatarios de abarrotes y área restaurantera explicaron que sí notaron un drástico incremento en sus actividades y fluencia económica y, si bien “existió la gente que venía a comer y no pagaba”, sus negocios crecieron y sus horarios laborales se extendieron hasta la etapa nocturna.
“Lo que una vez aquí sucedió fue que vinieron constructores, comieron aquí en el restaurante y ya después dijeron que no traían dinero, eso sí era algo que pasaba seguido, entonces se optó por que primero se pagara y ya después les dábamos la comida”, explicó la dueña de una fonda de la zona.
¿Qué cambios esperan con la apertura del tren?
Actualmente, con el pasar de los años y la regulación de trabajo en la obra, los pobladores afirmaron que “las cosas ya están tranquilas” y la inseguridad ha disminuido a la par del tráfico. De igual manera, esperan que el nuevo método de movilidad sea efectivo para sus comunidades al momento de acudir a puntos como Lerma o Ciudad de México, sin embargo, también anticipan que, con la fluencia poblacional, se incremente la competencia laboral local y la inseguridad:
“Estamos en espera de recoger los frutos de lo que hemos tenido paciencia por esperar, habrá mayor presencia y consumo entre los visitantes, pero obviamente esto también va a aumentar la asistencia de la competencia; de vendedores ambulantes, más puntos de comercio y mas movilidad, y claro, también va a traer a uno que otro malandrillo que andará por ahí”
(Foto: Ivan Joatzay)
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