Miguel García Conejo
En México, 52% del agua residual proveniente de los municipios recibe tratamiento y, de la generada por las industrias, sólo 31%, con lo que diariamente millones de litros de agua contaminada se vierten en ríos, lagos y mares del país.
A decir de Ivonne Hernández, investigadora del Instituto Interamericano de Tecnología y Ciencias del Agua de la UAEM, esta tendencia ha derivado en que la mayor parte estos drenes estén gravemente contaminados al estar convertidos en colectores de drenaje, receptoras aguas residuales de actividades domésticas, industriales, ganaderas y agrícolas.
Expone que hay una gran carga de contaminantes como son excreciones humanas, animales, detergentes, blanqueadores grasas y aceites, sumado a la actividad agrícola con plaguicidas, y fertilizantes.
Esto sin contar a las actividades industriales que vierten una gran gama de metales pesados con sustancias químicas poco biodegradables que ocasionan un gran impacto para el medio ambiente y la salud.
Con ello, el agua de ríos, primordialmente, hoy padece la contaminación de metales pesados como arsénico, nitrógeno, fósforo, así como de materia orgánica. El detonante, las deficientes normas que regulan la industria y permiten estas descargas.
Explica que estas normas tienen varios años que no han recibido actualizaciones, además de que van en contexto a nivel internacional que establecen límites permisibles para descargar contaminantes dependiendo del giro industrial por sector.
Al respecto Verónica Robelo, integrante de Cultura Futura, organización ambientalista, señala que sólo un litro de aceite usado puede llegar a contaminar hasta 40 mil litros de agua, equivalentes al consumo de agua anual de una persona en su domicilio.
Por ello, esta organización inició su campaña de acopio de aceite usado, a fin de reducir el impacto ambiental que deja su disposición incorrecta, denominada “Más allá del aceite”.
Se pretende en esta, alentar que se deseche correctamente el aceite de cocina”, Con este ejercicio, informó, se busca concientizar a la población en general sobre los daños ambientales que puede llegar a causar el mal uso, manejo y desecho de las grasas y aceites de origen animal o vegetal.
“Para nosotros es de suma importancia concientizar a la población en general sobre el daño irreversible que estamos generando al desechar de manera incorrecta el aceite de cocina, uno de los principales conflictos ambientales que representan los aceites es el deshacerse de ellos por medio de los drenajes y alcantarillado
Este acopio temporal para poder darle un correcto manejo, puede realizarse en espacios participantes que se pueden consultar a través de las redes sociales de Cultura Futura @cultura.futura, en Instagram y Cultura Futura en Facebook y en las de REACE, @reace.ambiental en Instagram y REACE en Facebook.
En la Ciudad de México tirar residuos sólidos, grasa y aceites podría ameritar una sanción de 2 a 6 años de prisión y de 1 a 5 mil días de multa por realizar este hecho que provoca inundaciones y obstrucción en el drenaje.
(Foto: cortesía)
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