Ximena Barragán
Siempre había pensado que elegir el arte como modo de sustento era el máximo ejemplo de libertad profesional y creativa, Carlos Aragón me enseño que no necesariamente es así, me platicó cómo él encontró en la educación universitaria “convencional” su carta más fuerte de libertad.
Con una formación no formal, pero sí mentoreada en el campo musical, Carlos eligió estudiar Comercio Internacional y Derecho, y encontrar el sustento como encargado financiero en una empresa familiar, un sustento que, si no en su día a día, en la música sí le permitiría hacer lo que quisiera.
“Conozco a muchos músicos que (para ganar dinero) tienen que tocar lo que no les gusta, y uno no siempre está en el “mood” para tocar lo que uno quiere … no dedicarme a la música me da la libertad para hacer lo quiero”.
El joven talento ha encontrado en el autofinanciamiento la posibilidad de honrar y respetar sus creaciones, de seguir viviendo la música, no como un trabajo, un medio de sustento, sino como lo que siempre ha sido para él : la forma de encontrarse consigo mismo, de expresarse, de comunicarse con el mundo.
“Si , aparte de eso, la gente encuentra algo le gusta ¡qué increíble! , pero no es lo principal”
Irónicamente, es precisamente esta transparencia, esta autenticidad creativa, el máximo valor en su arte, un valor descubierto por el productor Christopher Alva.
Mientras trabajaban en la producción del primer material discográfico de Carlos, que buscaba solamente estructurar sus piezas para rendir tributo a su abuelita, Chris encontró en las canciones una gran potencial artístico y comercial, y lo impulsó a trabajarlo como un proyecto para su comercialización.
Fue así que, a su vez, Carlos, encontró en el proceso de producción una forma de enriquecer lo que había creado, de que sus canciones alcanzaron “nuevas dimensiones” y, ahora, otras personas puedan conocerlas, entenderlas, y conectar con ellas.
“Cuando alguien más la escucha, cuando se convierte en una maqueta, o le ponen una batería, alcanza diferentes dimensiones y es más fácil que los demás las comprendan”.
Ahora, con el lanzamiento de álbum debut “Ojalá” ya disponible en plataformas digitales, Carlos reconoce haber desarrollado un nuevo enfoque en el proceso creativo, en el que sí interviene la concepción de lo comercial, pero sin dejar de lado la esencia de su relación con su arte “yo seguiré haciendo canciones todos los días , porque todos los días pasan cosas que me afectan y me impactan, positiva o negativamente, ahora sólo es cuestión de considerar si lo que resulta podría formar parte de un disco”.
(Foto: Vanessa Baez / Joatzay )
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