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CANTAR LAS CUARENTA 2021-09-26

DON DÁMASO

El Muro de Berlín limitó mis oportunidades. Se interpuso literalmente en mi camino. Pero hubo una cosa que aquel Muro no logró en todos esos años: no logró limitar mis pensamientos, mi personalidad, mi imaginación, mis sueños y mis deseos. Angela Merkel.

EL LEGADO DE ANGELA MERKEL

PONIENDO LAS CARTAS SOBRE LA MESA: Para hablar de liderazgo, sin duda alguna Ángela Merkel es una referencia obligatoria ya que ha adquirido la categoría de símbolo global como la líder más relevante del siglo XXI, supo enfrentar tantas crisis como colores de sacos acostumbra vestir. Sus gestiones estuvieron caracterizadas por el continuo manejo de crisis, una tras otra, además de resistir la batería de ataques masculinos: la recesión económica (2005), la crisis financiera (2008), la crisis del euro (2010), el conflicto en Ucrania (2014), la crisis migratoria (2015), la crisis de pandemia (2020 y 2021). Fueron todas complejas e impactaron en el discurso político. Su forma de manejarlas influyó en su reputación como personaje mundial.

Llevo tiempo desarrollando un modelo, que he denominado: EL TRIDENTE DEL LIDERAZGO y adoptando como uno de sus paradigmas a Angela Merkel, una equilibrada articuladora de lo posible, gracias al cuidado permanente de sus tres capitales: el psicológico, el intelectual y el social. Es un personaje de temple y gran visión, a la que suelen describir como alguien brillante, analítica, paciente, una gran oyente y un libro lleno de lecciones para lidiar con mandatarios ególatras y para todo aquel que decida estudiarla.

He seguido su trayectoria desde el año 2005, cuando se convirtió en líder de la República Federal Alemana, una nación de 80 millones de habitantes, con tan sólo un índice de aprobación del 35.2% y que fue variando como la línea de sus  electrocardiogramas, bajó al 33,8% en 2009, se disparó al 41,5% en 2013 y cayó al 32,9% en 2017. En 2021, después de 16 años en el poder, su índice de aprobación es del 86%. 

AS BAJO LA MANGA: Fue una hija Estrella Polar, amante de la naturaleza, aficionada al senderismo y al futbol, desde siempre supo batir sus alas para alcanzar altos vuelos, no solo en la política alemana, sino también en la mundial, donde detonó con habilidad y estrategia sus fortalezas transformándose en una líder pragmática, sólida y sobre todo de fiar. Esta artesana de la política es consideraba la mujer más poderosa del mundo y ni siquiera tiene cuenta de Twitter.

Su capital psicológico lo acendró caminando en dos mundos partidos por el Muro de Berlín. Respiró los vientos gélidos de un régimen totalitario en donde el espionaje era permanente, lo que le valió aprender a escuchar, a ser ambigua, a leer entre líneas y sobre todo, a saber esperar. Estos aprendizajes cimentaron su presencia política sostenible; es poseedora de un rasgo de personalidad que escasea en las altas esferas de la política: su ego es a menudo invisible y lo sabe dosificar cual jugador experimentado de póquer. Como decimos en México, “no se calienta”, lo que le ha dado una inestimable ventaja por encima de sus rivales políticos. Recubierta de ese teflón merkeliano no se toma nada personal. Su estoicismo es una arma muy afilada. Para el sociólogo Ulrich Beck, fallecido en 2015, el estilo menos conflictivo ayudó a llevar a Merkel a la posición de máxima líder de Europa. Él acuñó el epónimo,"Merkiavelli"("merkiavelismo",una referencia a Nicolás Maquiavelo y su "El príncipe"): la forma de hacer política con vacilación, sin demostraciones innecesarias de fuerza ni conflictos directos, pero que, al final del día, logra sus objetivos.

Lee en detalle todos los documentos antes de entrar a una reunión. Devora también la prensa y se fija en artículos curiosos de temas aparentemente marginales. Es muy preguntona y goza de una asombrosa  capacidad de absorber datos, entender contextos y, en cada momento de su carrera, ir acumulando sabiduría sobre cómo ejercer el poder. Admiradora de la física polaca Marie Curie, la primera mujer premio Nobel, su Capital Intelectual lo fortaleció a partir de su personalidad poliédrica que destacaba como una aplicada científica antes de la caída del Muro de Berlín y después como un gigante político. Uno de sus profesores la recuerda: Su pensamiento es muy analítico y sabe lo que quiere. Si tiene un objetivo, dará los pasos necesarios para lograrlo. Tiene capacidad de decisión, pero es distante.

Fue entre los siete y los ocho años cuando Merkel comenzó a desarrollar un interés por la política; precisamente cuando empezaba la construcción del Muro que separaría a las dos Alemanias y decidió saltar a la cancha de la política, 18 años después, en 1989, cuando una vez derribado el Muro de Berlín, las dos Alemanias se volvieron a juntar.

Su primera responsabilidad en un gabinete del gobierno de su país, la tuvo como Ministra del Medio Ambiente con su mentor Helmut Kohl; ahí empezó a gestarse lo que tiempo después se conocería como el método Merkel: el de la escuchaactiva, la espera, el compromiso y la razón frente a la pulsión y los juegos de artificio; acrecentó su Capital Social a niveles sorprendentes para propios y extraños. entiende la política de una manera admirable, como un proceso para encontrar soluciones a problemas gracias a una gran mezcla de pragmatismo, prudencia, adaptabilidad, capacidad de aprender de la experiencia, de las decisiones que ha tomado y ver en qué se ha equivocado.

Su liderazgo adaptativo y flexible le llevó a aprender que nunca debía ir por delante de lo que los alemanes quieren, que la clave residía en comprender, en sentir qué quieren, qué esperan, no en anticiparse. Merkel es la líder que ha sabido leer a los alemanes como pocos.

En medio de la pandemia más feroz del siglo, nuestro mundo globalizado se encuentra sediento de sentido común y de nuevas formas de hacer política y es así que emerge Angela Merkel como un ejemplo de racionalidad, con firmes convicciones morales y una incansable búsqueda del consenso dentro y fuera de Alemania.

En alguna de las múltiples ocasiones en que recibió en visita de estado al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, le hizo un reconocimiento muy cálido por su paquete de reformas, sobre todo la energética y la educativa, argumentado que la educación hace libre a las personas y que es la única vía para el desarrollo y crecimiento de los individuos y los países.

MANO GANADORA: Para los alemanes, es fundamental la estabilidad, el orden y el respeto a las instituciones. No confunden el entretenimiento con la rendición de cuentas. A sus gobernantes les exigen eficacia y transparencia muy por encima de las emociones elementales con que pretenden seducir a sus electores en otros países en donde la debilidad institucional, la inmadurez democrática y la polarización social son una constante y el caldo de cultivo perfecto para los populistas. Tenemos mucho que aprender de los alemanes del siglo XXI.

Ese Método Merkel que alaban políticos de diversas ideologías, forma también parte de su legado. La experiencia merkeliana invita a reflexionar sobre el tipo de dirigentes y el tono político que queremos.En nuestro México, y por supuesto, en nuestro querido Estado de México, hay mujeres Estrella Polar, que también han sabido batir sus alas ganando la suficiente altura como para pensar en que ya son tiempos para vivir una experiencia merkeliana.


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