Aranxa Solleiro
Antropología turística
Ser una ciudad de conexión con ciudades de gran relevancia comercial e histórica, adjudica, por ende, una variedad extraordinaria de formas representadas en cualquier rincón: casas, edificios, balcones, paredes, pisos, entre otros. La capacidad de admirarlo representa un reto, no obstante, significa la curiosidad y pasión por valorar a la urbe que nos arropa.
Caminando por las calles de Toluca, el espacio donde los reyes de España decidieron instalar tradiciones y costumbres, me encontré con una serie de dimensiones, texturas y colores sin hallar una semejanza en otras ciudades.
A la par de Gabriel Pérez, arquitecto egresado de la Autónoma mexiquense, supe desentrañar detalladamente los recovecos que la ciudad anida. Él explicó que Toluca es un escenario formidable para la identificación y estudio de estilos doricos, jónicos y corintios en las fachadas de inmuebles, especialmente en casas antiguas. Dichos estilos arquitectónicos fueron originados en la Antigua Grecia, siendo una compleja pero bien aprendida construcción de parte de antepasados toluqueños.
Evoqué al estar frente al Museo Casa Toluca, ex Museo de Numismática, aquellas clases de Arqueología y Turismo impartida por uno de los mejores profesores de la Facultad de Turismo, en tanto que Gabriel pronunció el diseño de las columnas dóricas y sus boceles conformantes.
La casa perteneciente a una de las familias adineradas de la ciudad, nos otorgó la dicha de una clase de arqueología, lejos de las comunes zonas arqueológicas que creemos soler tener solamente, para jactar al patrimonio cultural que yace en nuestro territorio.
Así como el espacio anterior, existe un festival de creencias con herencia de culturas occidentales en la zona centro, la calle Hidalgo y la calle Independencia, son Museos de diseños inigualables, sin necesidad de pagar por disfrutarlos.
Poco más atrás de las casonas, nos encontramos con la zona nueva de la ciudad y por nueva, se refiere a la construida después de los años 70, el neoclasico urbanístico que permite un contraste de adaptaciones a las necesidades y exigencias de los habitantes: coclovías, división de carriles con adornos florales, casas de diseños tridimensionales, palmeras y rombos en las ventanas.
La población instalada proveniente de la Ciudad de México posterior al sismo trágico de 1985, benefició una mezcla de más estilos que incluso recobran memorias de filmes Hollywoodenses, para ello, Gabriel identificó como mejor ejemplo una de las casas frente al velatorio del Instituto Mexicano de Seguridad Social, en la calle Hidalgo, casi al punto de llegar a Ciudad Universitaria, donde los vecindarios semejan zonas lujosas de colonias americanas.
Lo anterior perpleja al evidenciar la separación de clases y la estructuración de comunidades, de manera que una no confluya con la otra. Lo ideal para cada metrópoli. De acuerdo a documentos y revisión de fotografías, la calle de Villada representaba una locura cittadina, pues la clase alta con la baja, eran capaces de verse de frente mas nunca cruzarse, pues los carriles para automóviles los dividían, estando de lado derecho la zona de la burguesía y del izquierdo el de los marginados.
Aquello lo evidencia, por supuesto, el número de casas que siguen de pie y la zona de la Secundaria número 2, sitio en el que años atrás, exitia un mundo de familias toluqueñas.
La belleza de la ciudad, dice Gabriel, son solo simbolismos que deben de apreciarse sin necesidad de hacer mucho, más que caminar con una mirada de turista, como si de pronto, por un día, nos pusiéramos un traje ajeno y contemplemos los colores que emanan de las paredes, los árboles e incluso el pavimento que nos permite andar.
Ojalá fuéramos como Grabiel todos.
Confesiones de turista: Twitter: @aranx_solleiro, Instagram: @arasolleiro y aranxaas94@gmail.com
(Foto: Aranxa Solleiro)
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