El carácter social del lenguaje
Por Claudia Elisa y Gabriela Alejandra López Miranda
Integrantes del Círculo Feminista Alaíde Foppa
Las reacciones furibundas que despiertan ciertos usos del lenguaje plantean una serie de preguntas no sólo acerca del respeto y la empatía, sino acerca de ¿qué tanto estamos conscientes de que el lenguaje es un producto social? Los ‘puristas’ asumen las reglas formales con las que hoy se rige lenguaje como una suerte de mandato religioso inapelable, citan reiteradamente a la Real Academia Española, pero contradicen lo que ella misma declara como sus objetivos fundamentales.
Entre las tareas de la Academia relativas al buen uso del español no está la de impulsar, dirigir o frenar cambios lingüísticos de cualquier naturaleza. Es oportuno recordar que los cambios gramaticales o léxicos que han triunfado en la historia de nuestra lengua no han sido dirigidos desde instancias superiores, sino que han surgido espontáneamente entre los hablantes. Son estos últimos los que promueven y adoptan innovaciones lingüísticas que solo algunas veces alcanzan el éxito y se generalizan. En estos procesos de innovación y cambio la Academia se limita a ser testigo del empleo colectivo mayoritariamente refrendado por los hablantes, así como a describir estos usos en sus publicaciones (RAE, 2020, p. 5)
El lenguaje cambia con las, los, les hablantes. Las reglas, a las que tanto apelan quienes rechazan el lenguaje inclusivo, no son más que resultado de innovaciones lingüísticas impulsadas por los hablantes que la Academia observa y registra. La RAE no impone cambios en la lengua, sólo es testigo de ellos.
En este sentido, es muy importante reconocer que tampoco el feminismo o los movimientos LGBTIQ+ pueden imponer la generalización de cierto uso del lenguaje, no porque sus demandas no sean legítimas o necesarias, sino porque dicha generalización responde a fenómenos complejos de largo alcance. Lo que sí pueden/podemos es hacer un uso libre, desafiante, crítico respecto a las reglas vigentes, tenemos todo el derecho de ‘jugar con el lenguaje’, participar de eso que no inventó el movimiento feminista o LGBTIQ+, sino que es una característica intrínseca del mismo: su transformación constante.
¿Cuáles son los cambios que se van a generalizar? Es una pregunta difícil de responder, más aún es algo que sólo se puede observar en retrospectiva. De momento sólo podemos observar el movimiento, el estado de alerta, y aceptar, con base en la evidencia histórica que si la sociedad cambia y el habla cambia, las reglas del lenguaje se transforman.
Referencias
• RAE (2020). Informe de la Real Academia Española sobre el lenguaje inclusivo y cuestiones conexas. RAE [https://www.rae.es/sites/default/files/Informe_lenguaje_inclusivo.pdf]
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