2021-04-25-herencia

Herencia

Tomas las llaves de la encimera 

el carro 

la puerta con el mosquitero 

el carro color arena de tu abuela  

en la puerta 

                          es tuyo, ya es tuyo 

sientes el llavero  

una figura de la Magna presencia enmicada 

y piensas 

                    la muerte nos trae regalos inesperados 

pero prefieres a tu abuela 

en vez de su carro largo 

un Áltima del 2000yalgo 

El asiento, cómodo 

el sonido de la avenida que vibra 

el retrovisor, la credencial de adulto mayor que cuelga 

Y atrás 

              otro auto 

un Versa blanco de 2000diezyalgo 

Y atrás 

            la ausencia 

ves la calcomanía de Raiders en el parabrisas del carro 

y del retrovisor cuelga un Jake,  

el perro de peluche que te presumía tu tío 

¿Qué hubiera sucedido? 

Si aquellos dueños de los autos te llevaran de copiloto por una nieve 

o al Soriana 

o a la fiesta nocturna a conocer a los amigos, 

y ver sus autos estacionados en la calle 

Luego 

             tu tío y tu abuela sentados frente a la mesa charlando 

que le falta afinación 

                                         dice tu abuela 

que le falla el freno de mano 

                                                     dice tu tío 

Regresas al carro color arena 

un olor a aromatizante de lavanda te marea 

y las lágrimas se te esconden en las mejillas 

las tragas 

                   observas: 

atrás de ti 

        un peluche amarillo, inerte, polvoso 

Debajo de ti 

                          el asiento del piloto  

acomodado para tu abuela 

Un ejercicio colectivo, en el taller de poesía de Grafógrafxs, con el tema del carro tuvo todas las variantes posibles y exploraciones mitad ficción, mitad biografía de un objeto difícilmente imaginado en el territorio de lo poético. Como si lo profundo debiera revestirse de una supuesta elegancia, acartonada, rígida, un muro que no se deja escalar. Y en estos días no hay mayor profundidad, o desdoblarse en pensamientos que sacudan cualquier inercia como la muerte. En lo certero de los recuerdos inmediatos, en las palabras imantadas por una experiencia descrita a detalle, íntima, como la sensación de ciertas fotografías, el aire, el silencio que corre en ellas, la exposición a un tiempo ya solo formado de imposibilidades y preguntas nunca resueltas sobre el pasado.  

Elena Bulsara (Chihuahua, 2000). Estudiante de Letras Españolas en la Universidad Autónoma de Chihuahua. Colaboró en la gaceta de literatura Destellos, de la Universidad de Colima, y en el suplemento Ágora del Diario de Colima. Es integrante del taller de poesía de Grafógrafxs


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Nacional
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