“‘Carmen’ sí me gustó. Me decía mi mamá que yo había nacido el día del Carmen, que me habían llevado a bautizar ese mismo día luego-luego” Carmen Vargas Sánchez, mexiquense que se vacunó contra el covid 19
Miguel García Conejo
Doña Carmen Vargas recuerda a su madre, doña Refugio. Han pasado 90 años desde que la ayudaba a cuidar a sus hermanos mientras su madre, como pilar de la casa, trabajaba en la cocina. Hoy, a sus 102 años, se convirtió en la adulta mayor más grande del estado de México en recibir la vacuna contra el covid 19.
Los recuerdos de un tiempo pasado siempre mucho mejor, asegura, le ayudaron a sortear en lo anímico nuestros tiempos actuales de incertidumbre y pandemia.
“Cuando estaba chica yo me sentía contenta de ver a mis abuelos, de ver a mi mamá, muy chica, apenas aguantaba yo al chamaco, me lo cargaba y esa edad de siete años mi mamá nos ponía a trabajar”. Carmen Vargas Sánchez, mexiquense se vacunó contra el covid 19
Al confinamiento obligado del 2020, dice, se sumó el cierre de los templos católicos lo que le provocó una profunda tristeza “porque con esta enfermedad en Ixtlahuaca cerraron la iglesia, ya no hubo fiesta para el señor San Francisco que es el que está ahí”, lamentó.
Asegura que las oraciones que no cesaron durante el último año tuvieron respuesta con la llegada de la vacuna, y la oportunidad de estar ya vacunada.
“Me tocó una enfermera muy buena, todavía le dije ‘a ver si no me pega en el hueso’, y me dice ‘no abuelita’, ‘¿a poco ya me picó?’, sentí solo un piquete la verdad muy bien (…) muy bien no me duele nada, claro que lo desmayado ya no se me va a quitar nuestros huesos ya están viejos”, nos contó.
A los mexiquenses adultos mayores les invita a “que se animen a esto, que se vacunen, que no sean tontos, que se fijen las enfermedades que tenemos encima, yo les aconsejo que se vacunen por favor”
En su caso cada día que tenga la oportunidad de vivir seguirá cantando y riendo como se lo enseñó su madre.
“Ahora si, como decía Pedro Infante, ‘ya me falla la voz, tenía un chorro de voz, nada más me quedo un chisguete (…) cuatro milpas tan solo han quedado del ranchito que es el mío, hay hay hay; me prestaras tus ojos morena los despojos de aquella casita ya tan blanca y bonita lo triste que está’”, concluyó.
(Foto: Miguel García Conejo)
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