Las manos para apagar el fuego que consume los pastizales y en menor medida el arbolado del Nevado de Toluca, siguen llegando.  Durante seis días el esfuerzo ha sido imparable no así incansable. El vestigio del fuego se devela en las miradas de los combatientes, en sus manos cansadas, en sus botas de seguridad dañadas por el calor que emana de las brasas. 

Miguel García Conejo 

“Empezamos el domingo, bueno el sábado, pero estuvo leve, el domingo en el volcán estuvo muy pesado, muy pesado, nos agarró dos veces, la lumbre mero nos pelamos dijo aquél… Es riesgoso y aparte que tengan un poco, pues ora sí de responsabilidad y no quemen a lo loco nada más, a lo mejor se necesita el pasteo para los animales, pero se pueden hacer con medidas y cuando no haga viento, así no se puede controlar una lumbre”, comentó Santiago Cárdenas, combatiente de Probosque. 

Controlar los incendios, es una cosa, liquidarlos requiere de un esfuerzo humano que se hace a pie, hombro con hombro, pala con pala. Los puntos de ignición son traicioneros y en cualquier momento se reactivan con ayuda del viento. 

“Luego no puede uno ni comer ni tomar agua, es algo bastante... Pedimos que no haya fuego porque se arriesga mucho, aparte de lo que e sea vida, la fauna, también se arriesga la vida de la gente que está combatiendo”. 

En Santiago Tlacotepec, donde se reportó el último incendio, la ayuda ha llegado en forma de manos y víveres, pero el riesgo es latente, apagar el fuego en más de 250 hectáreas es una labor titánica que sólo los que están capacitados pueden lograr, por lo que se pide que los víveres sigan llegando a los campos de fútbol del ejido toluqueño. 

En el lugar combatientes de PROBOSQUE, CONANP, y CONAFOR; 70 elementos, 8 binomios de la policía montada, y 40 cadetes de la Dirección General de Seguridad Pública; personal de la Dirección General de Servicios Públicos, 30 Bomberos de Toluca, Brigadas Forestales de la Dirección General de Medio Ambiente y Brigadas Comunales trabajan para salvar al nevado de la temporada de estiaje y de los incendios que, temen, fueron provocados. 

(Foto: cortesía)