Aranxa Solleiro
“Esto no es brujería o si lo quiere ver de ese modo, esta brujería es buena, yo no me dedico a hacer trabajos para hacerle daño a la gente, de eso ya se dedicarán otros, yo solo quiero que la gente que acude a mí, tenga su felicidad” Comentó la Curandera del Amor.
La curandera, hace amarres para que cualquier humano con alma enamorada, caiga rendido ante la luz que desprenden sus ojos. A pesar de que para muchas personas, las acciones que realiza no sean del todo aceptadas, comenta que por lo menos cada año recibe a más de cien personas que le piden un favor amoroso.
“Ya tengo más de 30 años en esto, nunca pensé que duraría tanto o que las personas iban a aceptarme. Me inicié desde muy joven con una de mis tías que se dedicaba a lo mismo. Las dos somos de la Ciudad de México, ella tenía su puesto en el Mercado Sonora y me llamaba mucho la atención, salía de la escuela y me iba corriendo a verla para ayudarle en lo que necesitara. Aprendí así, me daba mucha satisfacción ver a la gente que iba con ella muy contenta de que se hacían realidad sus peticiones.” Argumentó.
El amarre de siete nudos es uno de los más solicitados, el número de nudos es debido a que es un número bíblico y porque se estará siete días a la semana con tu pareja. De acuerdo a ella, es el más poderoso de todos los amarres. “Cuando lo hago me encomiendo a San Jerónimo, porque es un santo que domina a las fieras salvajes y también el amarre es buscado porque pone bajo control a los maridos infieles. Se coloca ropa íntima de la persona, con fotografías de su rostro, se amarran siete hilos rojos y negros en cigarros y se fuman alrededor de velas y las pertenencias de la persona que se desea conquistar o retener, o en su defecto, colocamos a un monito relleno de algodón, la cara de la persona y se amarran con hilos rojo y negro, al mismo tiempo que se le pide a la persona interesada hacer una oración.”
A pesar de la inestabilidad social que deviene de la crisis pandémica, “la curandera del amor” asegura que su clientela también la contacta vía redes sociales, especialmente WhatsApp, en donde a través de video-llamadas puede ayudarles a realizar la mayoría de sus rituales. No obstante, asegura que en lugar de haber descendido el número de trabajos, han aumentado considerablemente, ya que “estando encerrados la desesperación se vuelve mayor”. Especialmente en el mes de febrero por el día del amor y la amistad.
“Han venido muchas mujeres, sobre todo cuando saben que sus maridos o sus parejas les son infieles, ahorita con el encierro cualquiera puede caer fácil a cualquier tentación y con esto dejan a la amante y regresan con ellas como si estuvieran otra vez recién enamorados.” Compartió entusiasmada.
En cuanto a su temor por la contraer el virus, dice que sus creencias, su buena fe en Dios y los Santos cuya devoción es inaudita, le ha protegido del mal a ella y su familia.
“Gracias a Dios no hemos pasado nada de eso, no mi familia (esposo e hijos) y eso que todos trabajamos aquí en el Mercado (Juárez), algunos familiares sí se han enfermado pero han salido adelante.” Dice.
El precio de un amarre, por otro lado, no se muestra del todo excesivo, puesto que varía dependiendo la urgencia o la dificultad del caso, sin embargo el más asequible oscila entre los 250 pesos a los 300 pesos. Aunque hay algunos que podrían llegar hasta los mil pesos.
“Hay que estar seguros de la persona, también por necesidad ya cualquiera se cree curandero y solo estafan a las personas, esto no es de un día para otro, se necesita de mucha preparación, práctica y estudio y más que todo, mucha fe en Dios para que te acompañe en lo que haces.”
Debido a ello, enfatiza que no solo los ojos del cuerpo deben mantenerse abiertos en las relaciones que uno desarrolle a lo largo del tiempo, sino más bien los del alma, ya que cualquiera que se jacte de amigo, podría ser el peor de los enemigos.
“Nunca regales una fotografía a una persona que no quieras, mucho menos pongas una dedicatoria en ella, porque eso puede ser peligroso, cualquier brujo malo puede hacer muchas cosas con eso.” Puntualizó entre un mundo de amuletos colgantes y un tufo penetrante de inciensos con efectos tranquilizantes.
Cual Arístides “El Justo”, cualquiera puede necesitar de un cúmulo de tratamientos espirituales y una serie de extravagancias para sanar los desórdenes internos, solo basta con dejarle el caso a la curandera y su fe.
(Foto: Aranxa Solleiro)
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