2021-01-04-juguetes-de-madera-una-tradicion-que-muere-artesanos-viven-la-carencia-por-la-pandemia

Juguetes de madera, una tradición que muere; artesanos viven la carencia por la pandemia

Desde hace 20 años la familia de Luis Mendoza Estrada se dedica a la fabricación de trompos, yoyos, churumbelas y aviones de madera, este año la venta será tan baja que aspiran a lograr alguna ganancia que les permita a ellos, llevar el regalo de reyes Magos a sus propios hijos, pues en el 2020 no tuvieron ingresos por esta actividad.  

Elena Aguilar

En entrevista, Luis platicó que antes, pese a no ser tan solicitados en el mes de enero, el resto del año mantenían una buena venta que permitía a los hijos de los fabricantes tener los ingresos necesarios para salir adelante, el pasado 2020 fue fatídico y quizá sea el final de su actividad, porque muchos artesanos decidieron ir a buscar trabajo en mercados, fábricas y hasta de cerillos, para lograr sobrevivir a la pandemia.  

“No podíamos quejarnos antes, con este oficio saqué adelante a mis tres hijas; sin embargo es una actividad que se va a perder porque hemos pedido a las nuevas generaciones que estudien para que no sean como nosotros y entonces ¿quién va a hacer este tipo de juguetes después?...”, explicó.  

El taller de este productor de yoyos se encuentra en el centro del municipio y aunque usualmente en enero producía hasta 100 piezas para vender entre los cuatro y ocho pesos, según el tamaño del juguete, explica que este año no esperan vender nada.  

“Es que creemos que no tenemos la suficiente publicidad, porque si bien los alcaldes cuando están en campaña antes de entrar en funciones nos prometen que habrá apoyos para nosotros, después se olvidan de esos compromisos y seguimos siendo los más relegados, porque la gente que viene únicamente conoce las calles principales, donde hay locatarios que son intermediarios, nada más”, lamentó el artesano.  

Indicó que cada mes compra 100 hojas de pino, con las cuales produce hasta 800 piezas, siempre que la madera esté en las condiciones adecuadas para poder tallarla, porque está seca o se comprime con el clima, lo que impide que sea trabajada como lo hacen normalmente. 

“Muchas veces lo que pasa es que la gente nos regatea el precio, piensan que no es madera, que quizà sea macopan o materiales que simulan ser de madera, porque en otros estados hay quienes venden productos de baja calidad que no son de madera”, explicó.  

En San Antonio La isla, los artesanos acostumbran emplear pino, pues anteriormente usaban madroño, que es un arbusto de madera muy fino, pero que ahora está prohibida su tala y venta, de manera que suplieron el material con el pino y los acabados todos son a mano.  

“Lo que esperamos es que alguien siga con la tradición de elaborar este tipo de productos que incentivan la creatividad de los niños y que son los juguetes más sanos”, confió el artesano. 

(Foto: Elena Aguilar/ redes) 


Categoría:
Nacional
Etiquetas:

    No hay etiquetas asociadas a éste artículo.

Vistas:
67

Notas Relacionadas