Desde los 18 años de edad, María del Rosario Solleiro dedicó su vida al Gobierno del Estado de México, su trabajo fue sobresaliente desde 1980, pasando por once gobernadores, desde el último año de la administración de Jorge Jiménez Cantú hasta la actual.  

Aranxa Solleiro  

Durante sus años de servicio se destacó como una de las mejores secretarias en distintos espacios gubernamentales, yendo desde la ciudad capital de la entidad, hasta el municipio de Atlacomulco en donde laboró en programas sociales en beneficio para comunidades indígenas, entre ellas la mazahua y otomí.  

María del Rosario estudió en la Academia de Secretarias “Elena Cárdenas” ubicada en lo que es ahora el Museo José María Velasco, por cambios de demanda en las oficinas tanto de empresas privadas como espacios públicos, la labor fue desvalorizándose o teniendo metamorfosis que impidieron su persistencia, al grado de ser hoy día inexistentes los espacios de formación académica para dicha profesión.  

“Mi trabajo lo tomé siempre como una acción que ayudaba mucho a la gente. A las secretarias a veces nos consideran como alguien más o como un integrante de una oficina a la que solo les das un montón de papeles y tienes que redactar o corregir. Sin embargo, siempre traté de dar un poco más o de resaltar aspectos que demás compañeros no hacían y eso era apreciado por mis jefes, entonces me hacía sentir satisfacción.” Comentó.  

Durante sus treinta y seis años de trabajo, reconoce que su profesión es indispensable para el sustento de empresas y organizaciones diversas, lamentando que hoy día se considere poco beneficiosa.  

“Pues es triste pero yo creo que también me quedo con el gusto de ser de las pocas que quedaron por el bien de la sociedad, de nosotros dependen muchos documentos que se hacen llegar a las comunidades o a cualquier persona. Nosotros corregimos errores que podrían ser lamentados si no se revisan bien y de nosotros también, depende que el jefe se entere de problemáticas que necesitan ser atendidas.” Continua. “Creo que haberme dedicado a esto durante tantos años va más allá de solo haberme sentado en un escritorio. Es escuchar, escribir, leer constantemente, enterarte de lo que sucede para dar soluciones, para opinar qué podría estar bien o mal; es defender, persistir y por supuesto, ser la mejor carta de presentación no solo de una oficina, sino del estado entero, sobre todo en mi caso que fue dedicado siempre al Estado de México. Yo era el primer contacto con mucha gente antes de que alguno de mis jefes estuviera al tanto, entonces debes de dar una buena cara, una buena actitud, no solo vestirse bien y hablar bonito, sino verdaderamente ser educado, mostrar humildad y respeto ante todo y ser eficiente con todo lo que haces.”  

María término sus labores el año pasado en el mes de abril, sin embargo antes de salir de su segunda casa, el Palacio de Gobierno del Estado de México, le fue otorgada bajo la administración del actual gobernador Alfredo del Mazo Maza, la medalla de reconocimiento por 30 años de servicio, la cual conservará no solo de manera honorable, sino también como la valorización y orgullo que la labor de secretarías debe tener. 

(Foto: Arantxa Solleiro)