2020-06-26-la-voz-poetica-34

La Voz Poética 41

Daniel Cortez 

PUEDO MORIR 

Extingo la luz, recorro el mundo de anfibios escarlatas y lunas de queso, ojos multicolores parpadean, dilatan el arcoíris. Todo gira en esta soledad, un terremoto de intenciones golpea con intensidad el silencio.  Los peces vuelan surcando las nubes de fuego a lado de dragones que planean entre algodones y se extinguen abrasando recuerdos. 

Y yo… observo, me deleita sentir el cielo sin quemarme, seducir a las ninfas o alguna hechicera, que, con magia en los ojos, encuentre la profundidad de mi mirada y tome la llave que reguardo a la altura de mi pecho. 

Enciendo la luz, inicio una pequeña hoguera en la oscuridad del cuarto, con el recorrido a una fantasía donde puedo morir sin tocar las nubes… pero, aun así, tengo la oportunidad de soñar. 

EN RUMBOS DISTINTOS  

Acostumbro a deshojar margaritas mientras no espero nada del tiempo, el fuego de esos pequeños suspiros, encienden la llama de un altar que exclama latidos; ni buena, ni mala la percepción de mis dedos al soltar los pétalos, así siguen su camino, sin mirar atrás, sin ocultar en su silencio lo bello de seguir los sueños en el viento, con independencia y entusiasmo. 

El tiempo inconstante de esta ciudad tiende a enfriar la sangre, a tratar con desdén la libertad del aire que respiro, entonces los fantasmas que rondan mi cabeza me hablan, me dicen dos o tres cosas para asustarme, sin embargo, no me encadeno a esa locura, me juego la lógica en la paciencia, y sé que con el corazón frío lo puedo todo. 

Para bien o para mal, los jirones volaran alejados por un suspiro. Por ahora, guardaré el caos en mi cordura, omitiré lo que se deba, esperaré la llegada de un viento que ponga en mi tacto el deseo, esto se vuelve tan sólo un despertar para seguir rumbos distintos. 

Foto: Pixabay en Pexels


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Nacional
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