2020-03-30-cantar-las-cuarenta-15

Cantar las Cuarenta 17

Jugando con las cartas boca arriba: Recorriendo todo el territorio nacional, con la misma actitud que un niño recorrería la feria de su pueblo tropical, sustraído de la realidad, viviendo el frenesí del poder; ora juega a la lotería del avión presidencial, ora se para a “echar taco en una fonda, ora saluda y besa a niños, ora se para en el stand del “tiro al blanco” para, cual patos, tirarle a quien se le venga en gana, políticos, empresarios, periodistas... todos no afines; ora se sube al carrusel y desde ahí luce soberbio y sobrado; ora reparte “estampitas”; ora se le ocurre entrar a la casa de los espejos y verse como un Quijote que lucha contra los molinos de viento de “La Rumorosa”; feliz de caminar rodeado de algodones y algodoneros, por eso todo lo ve color de rosa, pero lo que no sabe, es que a la feria todavía le deparan muchas sorpresas, ya está por entrar a la “casa de los espantos” en donde el monstruo del Coronavirus es la principal atracción. 

Don Dámaso  

Barajeando: Y mientras tanto, el resto de los mexicanos, que no estamos invitados a su feria de pueblo, vemos correr el tiempo en otro tipo de atracciones, como “El Túnel del tiempo” y así de repente sentirnos en la Roma de los Cesares, al percibirnos en manos de un personaje que ha sido capaz de encarnarlos y revivirlos a todos juntos: de Nerón tomó la costumbre de despreciar los buenos consejos y su habilidad para la conjura y los “chivos expiatorios”; es narcisista e ignora las señales de peligro como César; de Calígula su gusto por gastar dinero público en proyectos insulsos y por humillar a aliados y adversarios y abusar del su poder, y bueno, su característica más distintiva: mantenerse aislado de la realidad como Tiberio. 

Como veo doy: Si somos incapaces de observar los siguientes puntos que afectan a las personas con “Hybris”, que en nuestra cultura se conoce como “perder el piso”; entonces no estamos solo ante los males de un jefe de estado o de gobierno, estamos inmersos en un sistema de gobierno en “terapia intensiva.  

Para David Owen, neurólogo inglés, si una persona con poder presenta más de cuatro síntomas de la siguiente lista, estamos frente a alguien con “Hybris”: 

  1. “Una inclinación narcisista a ver el mundo primordialmente, como un escenario en el que pueden ejercer su poder y buscar la gloria, en vez de como un lugar con problemas que requieren un planteamiento pragmático y no autorreferencial; 
  2. Una predisposición a realizar acciones que tengan probabilidades de situarlos a una luz favorable, es decir, de dar una buena imagen de ellos; 
  3. Una preocupación desproporcionada por la imagen y la presentación; 
  4. Una forma mesiánica de hablar de lo que están haciendo y una tendencia a la exaltación; 
  5. Una identificación de sí mismos con el Estado hasta el punto de considerar idénticos los intereses y perspectivas de ambos; 
  6. Una tendencia a hablar de sí mismos en tercera persona o utilizando el mayestático <nosotros>; 
  7. Excesiva confianza en su propio juicio y desprecio del consejo y la crítica ajenos; 
  8. Exagerada creencia < rayando en un sentimiento de omnipotencia > en lo que pueden conseguir personalmente; 
  9. Inquietud, irreflexión e impulsividad; 
  10. Pérdida de contacto con la realidad, a menudo unida a un progresivo aislamiento; 
  11. Tendencia a permitir que su < visión amplia >, en especial su convicción de la rectitud moral de una línea de actuación, haga innecesario considerar otros aspectos de ésta, tales como su viabilidad, su coste y la posibilidad de obtener resultados no deseados: una obstinada negativa a cambiar de rumbo”. 

“Escribir como una forma de rezar”  

Franz Kafka 

 Foto: Esteban Lopez en Unsplash


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