EL MISMO NÚMERO DE ESTRELLAS ® 

Aumenta la temperatura en el clima de esta ciudad, al parecer, las estaciones se están moviendo para adelantarnos la primavera. Sabes, hace unos meses sentía que sería la última vez que las aves entonarían aquella melodía que nos unía en nuestro jardín, sin embargo, los botones carmín de nuestras flores todavía parpadean al denotar la belleza que aún nos entrelazan las manos.  

Daniel Cortez 

El segundero camina al detalle de esta pequeña fabula que describe la emoción, es claro que somos más que dos gatos en celo buscando un callejón oscuro para intimar y perder la vida al beber el licor de la pasión en los labios, ya que hemos aprendido a cantar como el viento siguiendo la armonía del corazón y que en las partituras, nos leemos siempre como una nueva canción. 

Es así que nos reconocimos más allá de las texturas y pliegues del cuerpo, es un deleite sentir la ternura que derraman las pupilas mientras nuestros oídos se seducen con las palabras, con los detalles que nos hacen sonreír, y que por momentos descubrimos el valor que le damos a estar unidos en esta inmensidad de la piel. 

Y giramos en el ambiente, siendo ese par de hojas que continúan volando juntas desafiando al invierno, no perdemos la esperanza de volvernos polvo y regresar a la tierra para alimentar nuestros instintos, nutridos por el amor, el sudor y la sangre, jamás nos faltaran motivos para continuar buscando el lugar preciso donde florecer nuevamente.  

Esta es la mejor versión que tengo de nosotros, desde aquel último suspiro que nos entregamos al mismo tiempo al compás del movimiento; en ese instante nos desbordamos al caudal del sentimiento, nos abrazamos diluidos en agua flotando en el mar de aquella noche, para darnos cuenta que nuestras constelaciones, se componían del mismo número de estrellas. 

Foto Wil Stewart en Unsplash