La sociedad actual… Una sociedad light!!!
Estimado(a) lector(a)!!! Con inmenso placer le saludo el día de hoy, deseando que usted y su familia se encuentren muy bien. También le expreso mi agradecimiento al tiempo y espacio que en su agenda del día dedica usted a la lectura de la presente columna… Y el día de hoy, la consagraremos a realizar un pequeño análisis de la sociedad “light” en la cual nos toca vivir en este siglo XXI…. Sin embargo, también podremos vislumbrar la oportunidad que las familias tenemos día a día de “elegir” rescatar virtudes que nosotros aprendimos a vivir en nuestra infancia y que, hoy por hoy, las ideologías que permean la vida social nos invitan a dejar de lado.
Al hacer referencia a los valores, podemos entender que éstos son los principios que rigen los comportamientos humanos, y dirigen las aspiraciones de los individuos, incluso de sociedades en pro de su perfeccionamiento o realización. Son pautas que marcan los comportamientos humanos y/o sociales, orientándolos hacia conductas que presumen la mejora en el desarrollo de la persona o de una colectividad.
Podemos hablar de valores individuales, así como, de valores colectivos (sociales y culturales)…. Al valor hecho vida se le ha denominado virtud (hábito operativo bueno). Las virtudes se educan y es la familia la primera escuela de las virtudes humanas sociales, que todas las sociedades necesitan.
Partiendo de la premisa de que los padres queremos cosas buenas para nuestros hijos, es importante darnos cuenta que no basta con “querer”, pues la voluntad va siempre siguiendo al entendimiento. Por sí misma, la voluntad es ciega. Siempre quiere lo que es bueno; es una tendencia a lo bueno. No obstante, mientras la persona no reconoce el bien por medio de su entendimiento o razón, la voluntad no podrá lanzarse a él. La principal dificultad consiste en que el hombre puede buscar algo que le sea dañino, porque se le presenta como bueno para él. Razón por la cual es necesario educar la inteligencia (el entendimiento) y la voluntad de manera simultánea… Inclusive, de ello depende la felicidad futura de la persona, porque al educar y reforzar dichas facultades (inteligencia y voluntad) correctamente, la persona se encuentra en mejores condiciones para obrar el bien y ser feliz.
Es una noble tarea la que los padres tenemos entre manos y es de tal magnitud que nos compromete a proporcionar una ayuda permanente para el desarrollo de nuestros hijos como personas. Todo proceso educativo tiene como fin la mejora personal, de tal modo que, como padres adquirimos la enorme responsabilidad de ayudar a nuestros hijos a ser “mejores personas”. El desarrollo como persona significa ir adquiriendo madurez que, en palabras del Doctor David Isaacs “la madurez es el desarrollo armónico de las virtudes humanas”.
Por su parte, Enrique Rojas, Psiquiatra español, en su libro “El hombre light”, denuncia que éste pertenece a una sociedad que, en cierta medida, está enferma y de la cual emerge el hombre light, y subraya que éste corresponde a un sujeto que lleva por bandera una tetralogía nihilista: hedonismo-consumismo-permisividad-relatividad. Todos ellos enhebrados por el materialismo. Comparándolo a los denominados productos light de nuestros días: comidas sin calorías, sin grasas, cerveza sin alcohol, azúcar sin glucosa, tabaco sin nicotina, coca-cola sin cafeína y sin azúcar, mantequilla sin grasa… y entonces…, un hombre sin sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo ilimitado y sin restricciones.
El “hombre light”, expone… carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aun teniendo materialmente casi todo. Y esto es lo grave, asegura.
El autor propone que hay que conseguir un ser humano que quiere saber lo que es bueno y lo que es malo; que se apoya en el progreso humano y científico, pero que no se entrega a la cultura de la vida fácil, en la que cualquier motivación tiene como fin el bienestar, un determinado nivel de vida o placer sin más…. Sabiendo que no hay verdadero progreso humano si éste no se desarrolla con un fondo moral.
Vaya desafío al que nos enfrenta Enrique Rojas a los padres de familia en nuestra noble misión de “educar para la verdadera felicidad”. Lo cual no es cosa menor y representa un reto que en la actualidad requiere de grandes convicciones para atreverse a navegar en contra de la corriente de la vida light a la que las familias estamos siendo invitadas a cada momento a través de un constante bombardeo mediático del cual solamente podremos salir bien librados si nos mantenemos firmes en los principios en los que hemos sido educados años atrás para así, atrevernos a desafiar la cultura light que nos es presentada de manera tan atractiva. Sin embargo, carente de principios sólidos que garanticen la plena realización a la que todos y cada uno de nosotros tenemos derecho al haber sido llamados a la existencia desde la gratuidad del amor.
Y… Hasta la próxima, querido(a) lector(a)!!!!
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(Foto: Dawid Zawiła en Unsplash)
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